La Revolución Mexicana representa el movimiento social convocado por Francisco I. Madero el 20 de noviembre de 1910 para establecer elecciones libres y democráticas en México, proclamado desde el denominado Plan de San Luis, planteado por Francisco Madero exiliado en Estados Unidos por competir contra el general Porfirio Díaz por la presidencia. Mediante este plan, exigía el fin del gobierno de treinta años de Díaz conocido como el porfirismo o porfiriato, y clamaba por recurrir a las armas como única forma posible para terminar definitivamente con los abusos del régimen.
Esta denuncia hizo que se adhiriese al levantamiento el campesinado, pues prometía devolver las tierras que les habían arrebatado los grandes hacendados. También, se sumaron los intelectuales y empresarios pertenecientes a la clase media que deseaban tener un puesto en el gobierno, lo que se les negaba hasta entonces. Y, por último, los obreros en busca de una legislación que los protegiera de los abusos de los patrones y dueños de las industrias. Al triunfo de la Revolución, se convoca a nuevas elecciones en 1911 resultando finalmente como presidente electo, Madero.
Causas de la Revolución Mexicana a nivel social, político y económico
La Revolución Mexicana tuvo como compromiso tres razones sociales reflejadas en la Constitución de 1917: la agraria, que brindaba tierras a los campesinos; la laboral, para garantizar los derechos de los trabajadores; y la educativa, que estableció una escuela laica y gratuita para todos los mexicanos.
Las razones sociales tuvieron detractores, cuyos tres principales fueron los grandes hacendados, la Iglesia Católica y el gobierno de los Estados Unidos de América que intervino constantemente en la educación mexicana y en sus políticas para el comercio. Lo anterior explica por qué este levantamiento social fue anticlerical y antiestadounidense en el momento de luchar contra los hacendados y desposeerlos del estado.
En lo económico, las causas consistían en el predominio del territorio mexicano de unos 840 hacendados. Del resto del territorio, gran parte le pertenecía a la Iglesia Católica, sobre todo al clero conservador. La inversión extranjera dominaba a las empresas mineras, las ferrocarrileras, el uso de los suelos y el mar. Estos inversionistas eran en su mayoría de origen estadounidense, español, alemán y francés, así que no se identificaban con la tierra y la explotaron al grado de provocar la caída de la agricultura, abusar de los trabajadores y las familias de estos.
Personajes históricos
Francisco Ignacio Madero
Fue un hacendado coahuilense que gastó su fortuna en el movimiento electoral que permitió las elecciones libres en México, por lo se le nombra el Caudillo de la Democracia. Después de su encarcelamiento, que impidió que compitiera contra Porfirio Díaz para la presidencia de 1910, proclamó el Plan de San Luis que iniciará el levantamiento armado conocido como la Revolución Mexicana. Al renunciar Díaz, finalmente gana la presidencia de México en 1911. Entonces se ocupó de reorganizar el estado mexicano hasta que fue asesinado en la Decena Trágica por Victoriano Huerta en un golpe de estado.
Francisco (Pancho) Villa
Su nombre real fue Doroteo Arango, fue el general de las fuerzas armadas del Norte y por su agresividad fue apodado El Centauro del Norte. Su ejército fue la fuerza principal contra Díaz, así como contra Huerta. Fue gobernador por un mes de Chihuahua, en el que hizo varias reformas agrarias y educativas que ayudaron a los más pobres. Finalmente, es asesinado en una emboscada durante la presidencia de Álvaro Obregón.
Emiliano Zapata
Comandante de las fuerzas del Sur, se estableció principalmente en Morelos bajo el lema “Tierra y Libertad”. Hizo mancuerna con Villa durante la toma de Ciudad de México cuando se derrocó al gobierno huertista. Fue asesinado en una trampa hecha en la hacienda Chinameca por los carrancistas al negarse a deponer las armas, pues Venustiano Carranza en la presidencia no cumplió con las reformas agrarias.
Venustiano Carranza
Es la figura de la Constitución de 1917. Apoyado por Villa y Zapata bajo el Plan de Guadalupe, Carranza logró llegar a la presidencia de manera electa, pero rechazó el título nombrándose Primer Jefe. Crea el ejército constitucionalista y se vuelve jefe de la División del Norte. Para detener la guerra, convoca a reformar la Constitución de 1857 y así pacifica el país. Al final de su mandato, al intentar imponer a un sucesor, los opositores declaran el Plan de Agua Prieta y llevan a la presidencia Álvaro Obregón. Por esto, Carranza abandona el gobierno, pero es asesinado en Veracruz en 1920. Al crear el Congreso Constituyente dio inicio al México Contemporáneo y sus instituciones, es decir, 1917 en adelante.
José Vasconcelos
Nacido en Oaxaca, vivió en el norte donde desarrolló la campaña anti-reelecionista que apoyó a Madero con el lema “Sufragio efectivo, no reelección” que diera fin al régimen porfirista. Al finalizar la Revolución funda la Secretaría de Educación Pública con valores revolucionarios, con la que promueve la ciencia y las artes por todo el país apadrinado por Álvaro Obregón, por lo que se le nombra el Caudillo Cultural. En este gobierno finalmente se elaboran las políticas a favor de los campesinos, obreros y ahora para los universitarios.
Literatura de la Novela de la Revolución
La Novela de la Revolución, o en términos generales, Novela Histórica, comprende un género literario, cuyo principal rasgo es relatar los sucesos de manera realista del movimiento social desde la perspectiva del autor, por lo que suele ser autobiográfica.
A partir de los sucesos anteriores, existe una multitud de trabajos académicos y una literatura extensa. Algunas obras literarias representativas son: El Águila y la Serpiente y la Sombra del Caudillo, de Martín Luis Guzmán, donde se retrata la política del movimiento social; Ulises Criollo y la Raza Cósmica, de José Vasconcelos, que exalta el maderismo, así como su intento de instituir sus valores en la educación; Los de Abajo, de Mariano Azuela, ilustra la marcha de los seguidores de Pancho Villa; también El Llano en Llamas y Pedro Páramo, de Juan Rulfo, expresa cómo se vivió la violencia en la sociedad. Esta literatura sería la inspiración para las películas mexicanas, canciones, obras teatrales, fotografía y pinturas en las que destacan los murales.
De igual modo, existe un libro ampliamente conocido escrito por el periodista estadounidense John Kenneth Turner, titulada México Bárbaro; que describe la violencia y la injusticia ejercida contra los peones de las haciendas y los indígenas mexicanos como los mayas y los yaquis, así como la destrucción de la oposición política e intelectual.