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Definición de Helenismo «Período Helenístico» historia, y características

Mercedes Roch
Lic. en Historia

El concepto “período helenístico” fue utilizado por primera vez por parte del historiador alemán Johann Gustav Droysen en su libro “Historia del helenismo” (1836) para hacer referencia al proceso histórico por el cual la cultura griega se expandió por oriente. Ello dio origen a una nueva cultura caracterizada por poseer elementos griegos y elementos orientales, es decir, la cultura helenística. Este período, comprendido entre la muerte de Alejandro Magno en 323 a.C. y el suicidio de Cleopatra VII de Egipto en el año 31 a.C., se caracterizó tanto por la unidad cultural como por la fragmentación política. Asimismo, de esta época datan importantes desarrollos de las artes, la ciencia y la filosofía, promovidos por medio de estímulos gubernamentales y mecenazgos.

Historia

La Guerra del Peloponeso (431 a.C. – 404 a.C.), en la cual se enfrentaron las dos grandes potencias de la Antigua Grecia, Esparta y Atenas, tuvo como consecuencia el debilitamiento de las polis que quedaron indefensas ante el avance de nuevos conquistadores. En este contexto, a partir del siglo IV a.C. comenzó a destacarse Macedonia como nuevo centro de poder. De sus gobernantes, fue Alejandro Magno quien extendió las conquistas por toda Grecia, el Imperio Persa, Egipto e, incluso, ciertas regiones de la actual India.

El avance imperial sobre los nuevos territorios llevó a Alejandro a adoptar la política de respeto por las tradiciones orientales, a la vez que también puso un gran énfasis en la difusión de la cultura y la lengua griegas (helénicas). De esta forma, luego de su muerte en el año 323 a.C., inició el período helenístico propiamente dicho, ya que, al no haber dejado herederos, el imperio se desmoronó y se dividió en tres reinos helenísticos. En Macedonia, el general Antígono dio lugar al surgimiento de la dinastía de los antigónidas; en Egipto, Ptolomeo inició la dinastía prolomeica; y en la zona del Imperio persa se conformó la dinastía seleúcida iniciada por Seleuco.

Este período finalizó con el avance de los romanos y la anexión de los reinos helenísticos (debilitados por las disputas internas y externas) a dicho imperio. Si bien la fecha de finalización se ubica formalmente el año 31 a.C., año en que se conquistó el último reino helenístico (Egipto, gobernado por Cleopatra VII), la helenización de los pueblos continuó durante el Bajo imperio romano.

Características

En primer lugar, el período helenístico se caracterizó por el surgimiento de una nueva cultura que combinó elementos griegos y orientales. A diferencia de las culturas localistas de las polis, la cultura helenística era cosmopolita. De hecho, fue fundamental la homogeneización idiomática del territorio ya que la adopción del griego koiné como lengua panhelénica fue un vehículo para el comercio, la difusión de la ciencia y la unificación cultural.

Otra característica del período helenístico fue la aparición de nuevas ciudades como centros políticos y culturales. Fundamentalmente destacó Alejandría, una ciudad en el norte de Egipto que fue cabecilla en el arte, la ciencia y la economía. Fue allí que se construyó la biblioteca más importante del mundo antiguo, la cual contó con más de 700.000 volúmenes.

Es de destacar que, teniendo en cuenta lo mencionado, una característica del período helenístico fue que se brindó una gran importancia al desarrollo de las ciencias y la filosofía, lo cual se vio favorecido por políticas de mecenazgo y de estímulo estatal. De hecho, de aquel período datan tres escuelas filosóficas importantes que son el estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo, a la vez que también fue en aquel período que se lograron avances científicos como el cálculo de la circunferencia de la tierra, el cálculo de la distancia existente entre la Tierra y sol (que dio lugar a la creación del año bisiesto), la invención de la bomba de agua, y el estudio en profundidad de la anatomía humana, entre otras.

Por otro lado, en este período se prestó especial atención a la arquitectura y a la planificación urbana. Así, se diseñaron ciudades en base a un plan geométrico formado por figuras circulares unidas entre sí por un centro común. El estilo principal utilizado fue el del orden corintio. En todo el territorio se prestó atención a la construcción de edificios como bibliotecas, teatros, pórticos y gimnasios. De este período también datan obras monumentales como el Coloso de Rodas, el Faro de Alejandría y el templo de Zeus Olímpico.

En cuanto al arte, se lo concibió como un medio para embellecer las ciudades. En este período, las esculturas se caracterizaron por dar lugar a cuerpos más realistas en las que se representaron también la infancia, la vejez, la fealdad. Así, tanto como sucedió con la lengua koiné, el estilo artístico se difundió por todo el territorio.

Finalmente, de este período podemos señalar como una de sus principales características a la fragmentación política ya que los distintos reinos helenísticos se enfrentaron tanto interna como externamente luego de la muerte de Alejandro Magno. En otras palabras, si bien una gran extensión de territorio estaba unida por aspectos culturales, la misma se encontraba dividida por disputas políticas.

Referencias bibliográficas

Miralles, C, (1989) “El helenismo. Épocas helenística y romana de la cultura griega”. Barcelona: Montesinos.

Autora

Escrito por Mercedes Roch para la Edición #118 de Enciclopedia Asigna, en 11/2022. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).