Principal - Historia

Definición de Revolución Argentina características, y medidas

Mercedes Roch
Lic. en Historia

El gobierno de facto de la autodenominada Revolución Argentina inició con el golpe de Estado realizado al presidente Arturo Illia el 28 de junio de 1966. El mismo tenía por objetivo terminar con el “peligro” del comunismo y realizar una modernización del Estado. Para lograrlo, se llevaron a cabo diversas medidas que fueron desde la represión violenta, la censura y la prohibición de los partidos políticos, hasta la aplicación de políticas económicas de corte neoliberal caracterizadas por la apertura del mercado y la racionalización de las empresas públicas. A pesar de ello, la dictadura no logró cumplir sus objetivos y terminó por realizar un llamado a elecciones democráticas en marzo de 1973 por las que fue electo el candidato del peronismo, Héctor Cámpora.

Contexto histórico

En el año 1963, el radical Arturo Illia fue electo presidente en elecciones democráticas pero con el peronismo proscripto. Esto le valió una debilidad gubernamental desde sus inicios ya que el 20% del padrón electoral había votado en blanco expresando su descontento. A la difícil situación política se sumó la crisis internacional del petróleo, lo cual impactó negativamente en la imagen pública del gobierno que comenzó a ser criticado por gran parte de la sociedad argentina y, fundamentalmente, por los medios de prensa.

Es de destacar que la crisis del gobierno de Illia sucedió en un contexto en que las Fuerzas Armadas en Argentina se habían dado el rol de garantes del poder político. Las mismas, seguidoras de la Doctrina de Seguridad Nacional diseñada por Estados Unidos para eliminar la amenaza del comunismo en un contexto de Guerra Fría, entendían que era preferible un gobierno autoritario que impusiera el orden antes que un gobierno débil que pudiera ser derrocado por la guerrilla que había ido en crecimiento en América Latina desde los días de la Revolución Cubana.

En este contexto, el 28 de junio de 1966 otra vez se asistió a un golpe de Estado para resolver los problemas políticos del país. Sin embargo, en este caso se trató de un golpe planificado por al menos un año que tenía un modelo delineado a seguir. Fundamentalmente se buscaba modificar el modelo de acumulación, la relación de las fuerzas sociales y la estructura política.

Características y medidas de un Estado burocrático autoritario

A partir del golpe de 1966 se instauró la autodenominada Revolución Argentina cuyo modelo luego sería caracterizado por el politólogo Guillermo O’Donnell como un Estado burocrático autoritario, es decir, un Estado de tipo capitalista que suprime los mecanismos políticos y democráticos con el fin de establecer el “orden” y modernizar la economía frente a una amenaza (real o imaginaria) de estallido comunista.

El primer presidente designado por la dictadura fue el teniente general Juan Carlos Onganía. El mismo estableció que la Revolución Argentina debía cumplir una serie de objetivos pero sin plazos, es decir que buscaba un cambio generalizado que tomaría el tiempo que fuera necesario para “modernizar” al país, reorganizar la estructura social y preparar la reaparición de la actividad política sin amenaza del comunismo. Esto se lograría en tres tiempos: 1) un tiempo económico que establecería el orden y la estabilidad económica mediante la paz social, la inversión en infraestructura, la racionalización de la administración pública y el disciplinamiento de la sociedad; 2) un tiempo social que redistribuiría hacia toda la sociedad los beneficios logrados en la primera etapa con el objetivo de lograr verdaderos cambios estructurales; 3) y un tiempo político que implicaría la culminación de la Revolución Argentina mediante la transferencia del poder a la sociedad que, luego de haber pasado por los tiempos anteriores, ya estaría organizada.

De esta forma, Onganía tomó ciertas medidas para poner en marcha el tiempo económico. En primer lugar, buscó implantar el orden en la sociedad, lo cual implicó la disolución del Congreso, la eliminación del sistema de partidos políticos y la intervención de las universidades. En segundo lugar, se realizó una reorganización del Estado con el fin de volverlo más efectivo, lo cual conllevó la disminución del personal, la racionalización de las empresas públicas, el mejoramiento de la capacidad de recaudación y la realización de obras de infraestructura. En este contexto, las medidas económicas del plan neoliberal implementado por el Ministro de Economía Adalbert Krieger Vasena lograron un cierto crecimiento económico, estabilidad, y baja inflación.

Sin embargo, las medidas promulgadas fueron en desmedro de los trabajadores ya que se suspendieron los aumentos de los salarios y se pausaron los convenios colectivos. La respuesta de la clase obrera fue la oposición marcada por una fuerte conflictividad cuyos puntos más álgidos estuvieron signados por el Cordobazo y el Rosariazo. A ello se sumó el secuestro y asesinato del expresidente de facto Pedro Eugenio Aramburu a manos de la organización guerrillera Montoneros.

Lo mencionado provocó el debilitamiento del gobierno de Onganía y su caída el 8 de junio de 1970. En su lugar fue designado el general Roberto Marcelo Levingston que buscó proporcionar un desarrollismo de corte nacional. Sin embargo, la presión del pueblo que demandaba la convocatoria a elecciones con partidos políticos, proporcionó las condiciones para un golpe interno y, luego de un breve gobierno que duró nueve meses, Levingston fue reemplazado por el comandante en jefe del ejército Alejandro Agustín Lanusse.

El gobierno de Lanusse también contó con el rechazo de gran parte de la población a lo cual se respondió con medidas fuertemente represivas. De hecho, fue durante su gobierno que tuvo lugar la Masacre de Trelew. Asimismo, el aumento de la conflictividad social y la eliminación de los partidos políticos había favorecido el crecimiento de grupos guerrilleros como Montoneros, FAR y PRT-ERP. Ante esta situación, el gobierno de facto comenzó a buscar una salida democrática y convino en que Perón sería la única alternativa para evitar el aumento del poder de la guerrilla. Fue así que se llamó a elecciones presidenciales para el 11 de marzo de 1973 con una novedad: el peronismo dejaba de estar proscripto, aunque Perón no podía presentarse como candidato debido a que había permanecido 18 años en el exilio. Así, Héctor José Cámpora, cuyo eslogan de campaña había sido “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, ganó las elecciones y la Revolución Argentina llegó a su fin.


Referencias bibliográficas

Daniel Mazzei, Bajo el poder de la caballería. El Ejército Argentino (1962-1973). Buenos Aires, Eudeba, 2012.

Guillermo O´Donnell, “Modernización y golpes militares. Teoría, comparación y el caso argentino”, Desarrollo Económico, Vol.12, N°47, octubre-diciembre de 1972.

Autora

Escrito por Mercedes Roch para la Edición #111 de Enciclopedia Asigna, en 04/2022. Mercedes es Profesora y Licenciada en Historia, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Maestranda en Estudios Culturales Latinoamericanos. Autora de Primeras (Editorial Malisia).