El arte en general y en particular la pintura como una de sus expresiones no ha dejado de evolucionar desde sus primeras manifestaciones.
A principios del siglo XX aparecen una serie de movimientos artísticos ( las corrientes vanguardistas ) que propusieron nuevas maneras de entender el arte. Estos movimientos ( surrealismo, futurismo o dadaismo ) impregnaron de un nuevo espíritu al arte y a la pintura.
El primer pintor abstracto fue Kandinski, quien introdujo en sus creaciones una ruptura con la pintura tradicional, también denominada figurativa. A partir de la obra de este creador ruso, la pintura abstracta ha expresado múltiples manifestaciones: constructivismo, informalismo, expresionismo abstracto, neoplasticismo y otras muchas tendencias.
En la pintura abstracta no interesan las figuras, los objetos de la realidad. Lo que importa son las ideas, los colores y las formas. Hay que tener presente que abstracción significa dejar aparte la realidad y transformarla en algo que la represente. Esto es lo que hace la pintura abstracta, es decir, plasmar unas ideas en un lienzo mediante unas formas y colores.
El pintor abstracto pretende comunicar en su obra no lo que se ve de manera evidente, sino aquello que él siente o piensa, independientemente de su imagen convencional. Este enfoque de la pintura es una expresión de libertad, la búsqueda de emociones o sentimientos al margen de la figuración más o menos real de lo que existe.
El lenguaje y el estilo pictórico de la abstracción intenta comunicarse con el espectador, quien se encuentra con el reto de entender las extrañas formas y colores que observa. Los críticos y teóricos del arte intentan desvelar el significado de la pintura abstracta y para ello tienen en cuenta la trayectoria del artista, sus ideas y motivaciones. Este tipo de análisis tiene un componente misterioso, pues no es fácil que el público no especializado comprenda esta expresión del arte.
La pintura abstracta siempre ha estado envuelta en una cierta controversia. Hay sectores que la defienden como una expresión libre de la belleza y la comunicación. En cambio, también tiene detractores, quienes consideran que la pintura figurativa está por encima de la abstracta. Quien realmente puede juzgar el sentido de la pintura abstracta es el espectador, aquel que siente algo, piensa o se emociona a partir de lo que ve.