La idea de esta entrada se encuentra dentro del contexto de las relaciones internacionales entre las naciones del planeta. Como sinónimo de este concepto se emplea otro, el multilateralismo.
Un organismo multilateral es una entidad supranacional, por lo que está formada por varios países. Estas instituciones se desarrollaron especialmente a partir del fin de la I Guerra Mundial y, sobre todo, después de la segunda, cuando el orden internacional estaba en peligro, puesto que el mundo se encontraba dividido en dos bloques enfrentados. El propósito de este tipo de organismo es alcanzar acuerdos globales en relación con un tema determinado: el comercio, la cultura, la cooperación o para mantener la paz.
Su existencia permite consensuar acciones concretas y mantener un equilibrio entre los intereses de cada nación. Estas instituciones intentan establecer unas reglas generales y un marco conjunto que impida posibles conflictos y que al mismo tiempo no haya naciones que impongan sus intereses sobre las demás.
La lista de organismos multilaterales es amplia: la ONU, el FMI, la OMC, el Banco Mundial o la Unión Europea. Ésta última surgió como contrapeso económico y político de los Estados Unidos. Sus características fundamentales son las siguientes: una moneda única, el euro, que permita la circulación de capitales y una relación comercial más fluida entre sus miembros, la libre circulación de ciudadanos, infraestructuras compartidas, proyectos de investigación comunes y la mutua cooperación en diversas áreas ( agricultura, pesca o políticas culturales conjuntas ).
El multilateralismo es una consecuencia lógica de un mundo globalizado, donde hay una interdependencia entre los países. El elemento positivo de esta modalidad organizativa consiste en que obliga a las naciones a un diálogo permanente, impidiéndose parcialmente el exceso de poder de unos miembros sobre otros. A pesar de las evidentes ventajas, también hay inconvenientes. Por una parte, la dificultad de alcanzar acuerdos hace que muchos problemas se perpetúen ( por ejemplo, los problemas medioambientales no se están afrontando conjuntamente a pesar de que existen acuerdos multilaterales ). Otro inconveniente es la burocratización excesiva y el tamaño de sus estructuras organizativas ( por ejemplo, el parlamento europeo está formado por 751 miembros divididos en siete grupos políticos diferenciados ).