Por modo de producción se entiende la manera de organizar la obtención y distribución de los recursos necesarios para los miembros de una sociedad. El modo de producción viene definido por las relaciones que establecen entre sí los integrantes de dicha sociedad, o lo que es lo mismo, el tipo de relaciones que hay entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores.
Modo de producción primitivo
Durante el paleolítico y el neolítico comenzaron a desarrollarse las primeras formaciones sociales, las cuales se caracterizaban por el bajo nivel de desarrollo de sus fuerzas productivas, así como por la existencia de una propiedad colectiva sobre los rudimentarios medios de producción y una distribución equitativa e igualitaria de los productos obtenidos. La producción venía determinada por la satisfacción de las necesidades colectivas.
En este tiempo los hombres se organizaban en bandas que se dedicaban a la pesca, la caza o la recolección, por lo que el trabajo venía determinado por la cooperación entre todos
Consecuencia directa de esta forma de hacer era que no se concibiese siquiera la posibilidad de que los medios de producción fueran privados, salvo el caso particular de las armas que servían para defenderse de ataques enemigos, que sí tenían una propiedad personal.
Modo de producción capitalista
El que es el modo de producción más extendido actualmente, tuvo su germen en el feudalismo de la edad media, basando su expansión en una utilización extensiva de trabajadores asalariados que están totalmente de desposeídos de cualquier tipo de relación con los medios de producción. Estos medios son propiedad exclusiva del capitalista, el cual obliga a los trabajadores a firmar un contrato mediante el cual intercambian salario por el empleo de su fuerza de trabajo.
Para muchos autores el capitalismo es la explotación del hombre por el hombre, pero a su vez, también ha sido el modo de producción que ha permitido aumentar de forma sensible la productividad del trabajo.
Modalidad socialista
Tiene sus orígenes en la Revolución Francesa. El socialismo propugna una distribución más equitativa de la riqueza, condenando la propiedad privada de los medios de producción y la existencia de desigualdades sociales.
Dentro del modo de producción socialista no deben existir diferencias de clases, por lo que se elimina la explotación del hombre por el hombre. Las relaciones sociales se basan en la cooperación y la ayuda mutua y los medios de producción pertenecen al conjunto de la sociedad.