Durante el siglo XX comenzó a replantearse, desde la disciplina histórica, el modo en que se estudia el pasado. En este sentido, la metodología tradicional de estudiar la historia de los grandes hombres, próceres y presidentes lentamente fue más y más cuestionada frente a otras formas de hacer historia que incluyeran a otros actores sociales. La historia social entonces surge como una alternativa natural que integra en el estudio histórico a los diversos fenómenos de una comunidad en el pasado.
El objetivo de una ciencia que busca dar una visión más completa de la realidad vivida
Una de las principales cosas que debemos comprender a la hora de definir qué es la historia social es que la misma tiene como primera finalidad poder incluir en su análisis la mayor cantidad de fenómenos sociales que tengan relación o vínculo con el período histórico que se desea conocer. Así, la historia social no limita el discurrir de la historia a la acción o a las decisiones de los gobernantes o de los sectores poderosos sino que incluye a todos los actores sociales (incluso a los más humildes) por considerar también ellos forman, construyen y contribuyen a los eventos a estudiar.
En este sentido, comprender que la historia está compuesta por el accionar de muchos actores sociales implica tener en claro que estos participantes de la historia tendrán cada uno de ellos diferentes objetivos, intereses y estrategias de lucha que generarán choques y un discurrir histórico específico. Olvidar o negar esto tratando de simplificar la historia sólo nos dará una versión limitada de la realidad.
La simbología y el vocabulario específicos de una disciplina relativamente nueva
La importancia de prestarle atención a la historia social tiene toda una simbología y es el hecho de que la misma nos permite conocer de manera más real y completa el tiempo pasado de nuestra sociedad o de otras. Así, es necesario establecer un vocabulario específico que haga referencia a los diferentes fenómenos sociales, que incluyan el aporte de otras disciplinas como la economía, la antropología, la sociología. Muchos de estos elementos han cambiado respecto de la forma tradicional de hacer historia política.
La historia social es dinámica y se mantiene en permanente movimiento porque lo mismo ocurre con las sociedades humanas: cambian y se van transformando, por lo que pretender establecer una metodología de trabajo unívoca o unidireccional para un objeto de estudio siempre en transformación sería poco apropiado.