Se llama a la historiografía la “ciencia” de la historia. En si, constituye el registro que, de manera escrita, se realiza de la historia, como la memoria reflejada de manera explícita por el propio sujeto humano, que realiza una escritura de su pasado, o de su tiempo. Quien lleva a cabo las tareas es el historiógrafo, que es, precisamente, quien escribe o describe la historia.
Como decíamos, la historiografía es la ciencia de la historia, más alla de su tarea fundamental de escribirla, de reflejar las memorias del hombre a través del tiempo, de manera escrita. Por eso, su esencia como arte (técnica) o como ciencia (epistemología) ha sido, durante mucho tiempo (y lo sigue siendo) un debate importante entre quienes son considerados historiadores. Por una parte, algunos hablan de la imposibilidad de nombrar a dicha disciplina como “historia” así en singular, si no que debería hablarse de “historias”, en plural, puesto que no es una, si no muchas, innumerables las historias, los relatos y las narraciones que construyen el paso del hombre a través del tiempo.
Pero por otro lado, están quienes consideran a la “historia” (en singular) como una ciencia en construcción, y que su característica de ciencia es imposible de no reconocer. O al menos, los historiadores deberían aspirar a consolidar la historia como ciencia, y realizar sus trabajos teniendo como eje, como aspiración máxima lograr esta condición. Una corriente conciliadora, permite percibir ambos rasgos no como incompatibles, si no como complemento uno de otro, tanto el de ciencia como el de arte.
La historiografía es un conjunto de técnicas y métodos que pueden describir sucesos acontecidos en la historia y que han sido registrados. Su estudio responde a los lineamientos y requisitos del método científico, en cuanto investigación metodológica, y al método histórico, en cuanto a lo relacionado puramente con la disciplina en cuestión (la historia). En este sentido, se diferencia de la historiología que intenta explicar sobre como y por qué ocurrieron determinados sucesos históricos. Mientras, la historia se define puramente como todo el conjunto de hechos acaecidos a lo largo de los tiempos.
La historiografía no sólo comprende ese conjunto de métodos y técnicas que lo constituyen como disciplina auxiliar de la historia, si no que también de manera frecuente se engloba dentro del concepto a toda la producción editorial o literaria que es y ha sido producida por historiadores e historiógrafos, mediante la cual es posible un “archivo” histórico que permite la reconstrucción, época por época de todo lo relacionado a la vida del hombre como un ser social.