Los fondos buitre es una denominación peyorativa que reciben algunos fondos de inversión que se caracterizan por el hecho de comprar deudas de países que entraron en default e intentar cobrarlas mediante medidas que en algunos casos pueden considerarse como extorsivas. Este tipo de fondos se destacan por asumir un alto riesgo, circunstancia asociada a la dificultad existente para cobrar los susodichos fondos. El concepto de buitre da cuenta en gran medida de su accionar al referirse al hecho de alimentarse de un cadáver, de un organismo que ha finalizado su proceso vital. Existe en el mundo una gran discusión acerca del rol de este tipo de fondos dentro del ámbito financiero internacional.
Los países como las empresas suelen emitir deuda con la finalidad de financiar las distintas actividades a las que se dedican. Esta deuda suele asociarse a una legislación particular, es decir, a un conjunto de leyes y jurisprudencia que corresponden a un país determinado. En estas emisiones de deuda se establecen ciertas condiciones que deben respetarse para que exista un verdadero cumplimiento de las obligaciones asumidas. Cuando esas obligaciones están en peligro de respetarse, algunos fondos de inversión que se especializan en situaciones de alto riesgo toman nota de la situación y comienza un proceso que busca obtener grandes ganancias a partir del aprovechamiento de una situación de debilidad para el deudor. Así, estos fondos compran deuda de países al borde de la cesación de pagos o deuda que ya ha entrado en default para cobrarla con posterioridad. Esta deuda es comprada a precios bajísimos por las circunstancias existentes, circunstancias que dificultan el cobro; luego, los fondos denominados “buitres” intentarán cobrar la totalidad de la deuda.
Hasta aquí la situación aparenta ser normal y pareciera carecer de ribetes que podrían considerarse de índole moral. No obstante, el problema con los fondos buitre estriba en el hecho de que para cobrar utilizan en ocasiones métodos extorsivos para con los dirigentes de los países endeudados. Estos dirigentes han cometido en muchas ocasiones actos de corrupción y estos mismos actos son utilizados para que la deuda pueda cobrarse en su totalidad. Si bien es cierto que los dirigente pueden ser culpables de estas circunstancias, lo cierto es que quien sin duda pagará las consecuencias de una toma de deuda irresponsable será la población del país en cuestión, que deberá hacer frente a las obligaciones con el pago de impuestos más elevados y con la limitación de recursos que podrían utilizarse en obras asociadas al desarrollo.