En el mismo plano que la ética está la moral. Es decir, el ser humano es un ser que tiene moral porque tiene el poder de reflexionar sobre aquello que está bien hecho y aquello que está mal hecho de acuerdo con el criterio de la rectitud. La moral muestra que el obrar virtuoso es aquel que perfecciona al ser humano a través de la realización del bien. La realización del bien se convierte en hábito cuando una persona interioriza una actitud concreta. La realización del bien eleva al ser humano por encima de sí mismo. Mientras que existen otros aspectos que tienen un valor de medio en relación con un fin, la realización del bien es un fin en sí mismo, es decir, una actitud recta que produce sastisfacción interior, bienestar y felicidad.
La moral remite al plano de la conciencia, es decir, al mayor ámbito de intimidad de un ser humano precisamente, porque solo un ser humano puede conocer en profundidad sus actos y los motivos por los que ha obrado de determinada forma. La moral está muy vinculada con la formación ya que es importante educar a las personas para poder inculcar valores. Un proceso formativo que comienza en la niñez en primer lugar, en el hogar y en segundo lugar, en el colegio.
Existen muchas formas de comportarse ante un hecho determinado de acuerdo a la libertad personal. La moral ayuda a concretar qué acciones son buenas en sí mismas y qué acciones no lo son. La moral tiene influencia incluso en la educación de los niños como muestra el hecho de que el castigo es un método pedagógico que tiene un papel correctivo con el objetivo de enseñar a los niños a diferenciar entre aquello que es correcto y aquello que no lo es.
Existen acciones que son buenas moralmente y que son las que suman felicidad a nivel personal. De hecho, también conviene puntualizar que realizar una buena acción al día es una buena terapia para potenciar la alegría personal en la vida. En algunos casos, la moral también está vinculada con la religión en tanto que las personas que tienen una creencia religiosa interiorizan una serie de normas en su vida. Normas que ofrecen un valor de rectitud en el obrar. La moral también está influenciada por aspectos culturales.
La realización del bien requiere de un compromiso firme con el bien. Es decir, realizar el bien también implica esfuerzo, constancia y capacidad de ser más fuerte que una tentación y una debilidad. Si no tuviésemos que tener fortaleza para realizar el bien, entonces, practicar acciones correctas no tendría ningún mérito.