El descuento es una reducción o disminución en el precio de un objeto o de un servicio. De este modo, el descuento es presentado como un beneficio para el comprador, pero para esto no es necesario que el vendedor pierda parte de la plata que ha invertido en comprar dicho producto para la venta o que el precio con descuento esté por debajo de sus honorarios por sus servicios prestados.
Desde tiempos antiguos, las transacciones comerciales han mutado incorporando nuevos elementos y configurando nuevos tipos de relaciones entre las personas. Si en un principio, el intercambio de excedentes o trueque era la manera de comprar y vender alimentos y otros objetos que se necesitaban, luego la invención de la moneda generó valores de cambio, por el cual cada objeto tenía un valor determinado en la nominación de una cierta moneda.
Hoy, en un mundo hiper globalizado y con interacciones electrónicas que permiten desde publicar una foto en una red social hasta comprar una cámara fotográfica en cualquier país del mundo, abonando con tarjetas electrónicas (de crédito o de débito) y recibiendo nuestro producto (o varios) gracias a servicios postales internacionales.
Sin dudas, esas nuevas relaciones comerciales, generaron nuevos elementos, y entre ellos, destacamos el descuento. Los productos en la actualidad son cambiantes, como en el caso de la moda en la indumentaria o en los nuevos avances dentro de la tecnología: un teléfono móvil con una cámara de 3 megapíxeles, dentro de un año será reemplazado por uno de similares características, pero con una cámara de 12 megapíxeles.
Esto genera el famoso “sale”, algo así como una liquidación de productos en épocas claves del año: por ejemplo, cuando termina el verano, las casas de indumentaria suelen realizar liquidaciones de colecciones primavera-verano, en vista de que no tararán en exhibirse en las vidrieras los productos de la colección que pertenece al otoño-invierno. Así, el comprador puede obtener descuentos determinados para productos de la colección que, en pocos meses, quedará para el recuerdo.
En la era de los pagos a crédito, por el cual un producto puede pagarse en hasta decenas de cuotas, los vendedores exaltan la importancia del pago en efectivo, o en su defecto, pago electrónico total (débito) ofreciendo importantes descuentos a los compradores si optan por esta forma de pago y no eligen pagar con tarjetas de crédito.
Mediante los descuentos, el comprador puede “ahorrar” una considerable cantidad de dinero, comprando en comercios que ofrezcan buenas reducciones de precios.