El intangible pero absolutamente profundo concepto de utopía lleva al ser humano a plantearse la posibilidad de realizar o ver concretados los sueños y las fantasías, desde las más simples a las más complejas y serias.
Como seres racionales, con la capacidad de la imaginación, la utopía es parte de la vida de cualquier comunidad humana y tiene que ver con la posibilidad de creer en cosas mejores, que nos satisfagan más y nos hagan ser más cercanos a la felicidad.
La utopía y su inherente imposibilidad
Si prestamos atención al hecho de que la palabra utopía proviene del griego, idioma en el cual se usa para designar al ‘no lugar’ o lugar que no existe, se nos hace más fácil entender que quiere decir el término en sí mismo.
La utopía es algo imposible, irreal y que no se puede lograr, por lo cual queda sólo en la imaginación de una persona, en algo que se desea pero que es poco probable que se pueda concretar. Muy distinto es el valor que tiene en el lenguaje el término de deseo o sueño porque ambas dan a entender que lo que se busca se puede obtener o lograr, mientras que el concepto de utopía nos lleva a un lugar de mayor complejidad al ser algo que puede existir en nuestras mentes pero no en la realidad, como si nuestra utopía fuera que no llueva más o que los perros tuvieran cinco patas.
La idea de utopía desde un punto de vista intelectual y sociológico
Cuando utilizamos el vocablo de utopía, además de estar queriendo hacer referencia a algo imaginario pero imposible, estamos mencionando, por lo general, cuestiones que tienen que ver con problemáticas sociales, políticas, de mentalidad, aquellas que muchas veces son muy difíciles o imposibles de cambiar por la misma naturaleza del ser humano. Las utopías sociales pueden tener que ver con lograr la igualdad de todas las personas, terminar con la pobreza, hacer desaparecer la violencia o la discriminación.
Por otro lado, las utopías políticas se plantean desde el lugar de la posibilidad de construir gobiernos que trabajen pura y exclusivamente para el beneficio de los pueblos, que sepan administrar los recursos y que no usen el acceso al poder para beneficios personales o para concentrar riquezas. De aquí nace la idea del socialismo utópico como una forma política que imagina un mundo mejor al que llegar con el trabajo de todos los humanos.
Todas estas cosas son, como se ve, casi imposibles de lograr porque tienen que ver con la condición del ser humano y su imposibilidad para vivir en paz y en armonía.
La utopía según Tomás Moro
Es imposible pensar en el concepto de utopía sin relacionarlo con el pensador inglés Tomás Moro, quien escribió en 1516 la obra titulada Utopía. En ella, el autor escribió claramente y con lujo de detalles cómo podría ser vivir en lo que para él sería un mundo mejor, una isla imaginaria: Utopía, donde el gobierno y la sociedad actuaran siempre pensando en el bien común y su mantenimiento.