Un taller literario es un espacio donde se desarrollan habilidades de escritura, así como de análisis y creación literaria. Es común que esté dirigido por escritores reconocidos y por profesionales de las letras con amplia experiencia en la difusión y publicación de textos literarios.
Suelen ser promovidos y patrocinados por universidades, librerías, editoriales e instituciones culturales y educativas. No obstante, también existen escuelas u organismos dedicados de lleno a la formación de nuevos escritores. Muchos de los grandes autores han pasado por distintos talleres y espacios que les permitieron potenciar su capacidad creativa y literaria, por lo que es indispensable darle la importancia debida a la instrucción formal de las nuevas voces literarias.
Estructura y características
Cada tallerista tiene una metodología propia, no obstante, un taller literario normalmente posee la siguiente estructura:
Definir el tipo de texto a trabajar y el público al que va dirigido
En un taller se puede trabajar cualquier tipo de texto literario (cuento, novela, poesía, ensayo, etc.). Sin embargo, y debido a que cada género posee características muy específicas, lo primero es definir el tipo de texto en el que se especializará el taller. Una vez definido, se deberá establecer la metodología de enseñanza (lo que incluye los textos a trabajar), así como planificar el número de sesiones que se requieren. Del mismo modo, es necesario delimitar el público al que va dirigido (niños, adolescentes, adultos, etc.) ya que determina las herramientas que el alumno necesita poseer y las habilidades a las que se pretende llegar. En ese sentido, no es lo mismo un taller para el público en general que uno para personas del área de letras que ya poseen conocimientos sobre escritura creativa y académica.
Análisis de textos
No se puede ser un buen escritor, si primero no se es un buen lector. Con el fin de que los participantes obtengan los recursos necesarios para producir sus propios textos, un taller suele iniciar (o desarrollar a lo largo de todo el curso) un ejercicio de lectura y análisis literario. Para ello, se realizan sesiones de lectura guiadas por el tallerista, quien hace hincapié en los elementos que considera los más importantes en el texto analizado. Si bien el fin del taller no es profundizar en teoría literaria, es de mucha ayuda que el presentador brinde algunos conceptos que enriquezcan la lectura. A partir de esto, se busca que los alumnos estén en condiciones de realizar sus propios análisis y que puedan incluir en sus textos los aspectos que destacaron durante las sesiones de lectura y análisis.
Prácticas de escritura
Una vez que el alumno ha adquirido herramientas de análisis literario (a partir de la lectura), es necesario desarrollar habilidades de escritura pues es el objetivo central de todo taller. Para lograrlo, se toman como modelos los textos estudiados. Se recomienda iniciar con pequeños escritos donde el tallerista identifique las estructuras lingüísticas y estilísticas que el alumno ya posee y las que necesita trabajar. Además, es importante dotar al participante de las reglas básicas de redacción como forma de introducirlo en la escritura profesional. Los diarios personales y comentarios u opiniones sobre diferentes casos revisados en el taller son una excelente manera de comenzar.
Lectura y crítica de los textos
Una parte fundamental de todo taller es la lectura y crítica de los textos por parte de los participantes. Cada alumno lee en voz alta su trabajo y recibe las críticas de sus compañeros. Dichas críticas, por supuesto, deberán ser constructivas, es decir, proponer formas en que el autor pueda mejorar lo presentado. Este ejercicio, además, es una extensión del segundo punto pues representa la continuación del proceso de crítica literaria. Escuchar y aplicar los comentarios de otros enriquece en el trabajo personal.
Proceso de edición
Además de las críticas recibidas por parte de los participantes, el tallerista tiene la responsabilidad de realizar un trabajo de edición/corrección con los textos de sus alumnos. Este ejercicio forma parte de todo proceso de escritura profesional. Una vez que la edición se ha realizado por completo, los textos estarán listos para su publicación y difusión.