Se denomina instrucción al proceso mediante el cual una persona o un grupo de personas atraviesan un período de adquisición de conocimientos en un campo determinado. Así, la instrucción refiere a una amplia gama de tareas, en particular aquellas orientadas a desarrollar algún tipo de destreza laboral. La educación formal puede encuadrarse dentro de esta definición, siendo un tipo de instrucción que es requerida en buena medida por el estado como medida de integración social y de incorporación en el futuro en el mercado laboral. Existen algunas instrucciones específicas que también se requieren obligatoriamente como consecuencia de la peligrosidad que representa un mal desempeño en una determinada tarea.
En el caso de la instrucción propia de un sistema educativo formal, esta comienza a los pocos años de vida. Si bien es cierto que en el comienzo los niños tienen pocas dificultades en lo que respecta a las taras que se les asignan, estos primeros años sirven ante todo como un proceso de aprendizaje en lo que respecta a la socialización. Así, comprenderán a un nivel vivencial las implicancias de interactuar con sus pares y con los adultos que intentan guiarlos. Con el paso del tiempo, a medida que transcurren los años, el tipo de actividades a los que se los abocará comprenderá un mayor desarrollo en destrezas para las matemáticas y el conocimiento de la lengua. Finalmente, se irán incorporando las distintas ciencias en un nivel primigenio.
Con respecto a la instrucción media, ésta se caracteriza por una profundización de lo visto en la instrucción primaria, con el aditivo de ser un preparatorio con respecto a la universidad. En esta etapa, ya desarrollado durante el período propio de la adolescencia. Además, en esta etapa una persona se prepara definitivamente para sus primeras incursiones en el mercado laboral. Es por esa circunstancia que la instrucción suele ser de lo más variada y guarda relación con las demandas que el alumno tendrá a futuro.
Existe, como se colige de algunas consideraciones precedentes, aparte de una instrucción formal, otra informal que se lleva a cabo en función de las necesidades propias de cada persona. En este sentido, cada uno debe ser responsable en llevarla a cabo con la finalidad de complementar las capacidades que se tienen y desarrollar aquellas que pueden considerarse relegadas. Con el paso del tiempo, y a pesar del tiempo dedicado que en ocasiones puede parecer mucho y desperdiciado, sin lugar a dudas los frutos comenzarán a evidenciarse.