Un semita es un individuo perteneciente a una comunidad que hace uso de una lengua semítica, como por ejemplo el árabe o el hebreo. El término es usualmente utilizado de modo deficiente al hacer del mismo una referencia racial; tiene su origen en el nombre de Sem, hijo de Noé, personaje bíblico. Muchas de las variantes lingüísticas semíticas dejaron de utilizarse hace mucho tiempo y son un recuerdo del pasado del que quedan pocas referencias, como por ejemplo el fenicio; no obstante, muchas todavía se encuentran en uso, siendo los hablantes de las mismas aquellos hombres a los que les corresponde la calificación de semita.
Con mucha frecuencia, el término semita se usa aplicándoselo a un integrante del pueblo judío. Esta circunstancia explica también el concepto de antisemitismo, esto es, odio frente a dicho pueblo o sus expresiones. No obstante, es importante señalar que el concepto de semita hace alusión a un número amplio de pueblos, algunos de los cuales ya dejaron de existir; en efecto, en esta utilización del término, el elemento diferenciador es un hecho cultural antes que uno racial. Los semitas serían entonces todos aquellos individuos con algún grado de relación desde el punto de vista idiomático y cultural con el Medio Oriente y la península arábiga.
La cultura surgida en el mencionado territorio es una de las más antiguas y todavía tiene una notable influencia en nuestra cultura. En efecto, tanto desde el punto de vista religioso como moral es de gran relevancia la influencia que la sociedad occidental ha heredado de los pueblos semitas. En algún momento de la historia sin lugar a dudas algunas de las manifestaciones de estos pueblos llegaron a un nivel extraordinario de desarrollo puestos en comparación con otras sociedades. Un ejemplo con respecto a esta circunstancia pueden mostrarlo algunos pueblos árabes durante la Edad Media, en donde claramente existió una superioridad técnica y cultural con el promedio de Europa.
Dado lo expuesto, puede concluirse que el concepto de semita hace alusión, si se utiliza con probidad, a un número extenso de pueblos, muchos de los cuales ya han desaparecido. Desde esta perspectiva, dichos pueblos tenían aspectos idiomáticos y culturales comunes y todos ellos surgieron en el contexto del cercano y del Medio Oriente. Hoy en día, empero, el término se utiliza en muchas oportunidades con una connotación racial, especialmente distinguiendo al pueblo judío. Es sin lugar a dudas una alusión errónea y propia del siglo XX.