En la Antigua Grecia, la ciudad-Estado, autogobernada y con características particulares, que la diferenciaron de las restantes ciudades de Medio Oriente, se conoció como polis. La polis fue un núcleo urbano complejo, que no podía ser reducido sólo a lo espacio o al territorio que ocupaba sino más bien a una identidad colectiva.
La historia de la ciudad-Estado griega
Se cree que la polis surgió en una época en la que lamentablemente no han quedado documentos escritos, una época que justamente se conoce como Edad Oscura en la historia de Grecia y que comenzó aproximadamente en el siglo VIII a.C. Los historiadores han ubicado en ese momento, sin poder dar demasiadas definiciones al respecto, al surgimiento de la polis y esto tuvo que ver con la llegada a la Hélade de pueblos indoeuropeos (conocidos como dorios) que conquistaron a las poblaciones locales y les impusieron su estilo de vida.
Estos pueblos se conformaron en la región en pequeños estados independientes, no llegaron nunca a formar un imperio o un territorio unificado. A los mismos se los conocio como polis porque incluían un pequeño núcleo urbanizado y zonas rurales en sus márgenes. Estas polis fueron el comienzo de la historia griega tal como la conocemos y tuvieron especial importancia en el siglo V a.C. Finalmente, cuando la guerra del Peloponeso tuvo lugar en ese siglo las mismas entraron en un período de decadencia que supo ser aprovechado por Alejandro Magno.
Tal como señalamos, una polis fue una ciudad-estado, lo cual quiere decir que cada uno de estos núcleos urbanos contaba con su propio gobierno, usualmente constituido por los propios ciudadanos. Si bien las formas de gobierno variaron en gran modo de una polis a otra, en términos generales siempre incluyeron a una parte numerosa de la población, lo cual presentó una diferencia importante con las teocracias conocidas en Oriente hasta el momento.
Al mismo tiempo, las polis supieron compartir rasgos que nos permiten identificarlas como partes de un todo: todas ellas utilizaron el griego como idioma, además de compartir a los mismos dioses y de disfrutar de las mismas tradiciones y costumbres. Entre ellas, los Juegos Olímpicos eran uno de los más importantes y solían poner fin a cualqueir guerra que existiese en el momento.
La polis como cuna de la democracia
No podemos dejar de hablar de democracia si hablamos de polis. Esto es así debido a que en Atenas, una de las más poderosas polis griegas nació una nueva forma de gobierno, desconocida hasta ese momento en la historia. La democracia ateniense no puede ser igualada a la democracia actual ya que dejaba por fuera a varios grupos sociales, entre ellos los esclavos, las mujeres y los extranjeros. Sin embargo, representó el primer caso de participación ciudadana, de iguales ante los problemas políticos de la ciudad.