Se denomina urbano a toda aquella circunstancia que se relaciona con las urbes o ciudades. Se opone al término rural, que hace referencia a lo relativo al campo. El término puede emplearse por lo tanto en muchos contextos, siempre y cuando aludan a una cualidad específica de la ciudad. Lo urbano existe como tal desde el nacimiento de las ciudades, esto es, desde la aparición de aglomeraciones de personas en las que existe una profunda complejidad social y económica. Estas pueden encontrarse desde etapas bastante tempranas de la existencia humana, circunstancia reflejada en innumerables testimonios históricos.
En un comienzo, las comunidades humanas se caracterizaban por albergar a un número limitado de personas, generalmente a distintos grupos de familias en un número relativamente pequeño. Con el paso del tiempo, esta circunstancia dejó de ser así y pasó por cambios significativos. En efecto, en un momento determinado de la historia, la economía sufrió una reestructuración que significó un enorme cambio con respecto al pasado. Hasta el momento, estas comunidades fueron fundamentalmente nómadas y se caracterizaban por tener una economía de subsistencia, fundada principalmente en la caza y la recolección. Cuando se desarrolló la agricultura, los hombres dejaron de tener que trasladarse continuamente en busca de alimentos, por lo que pudieron asentarse. Una fracción de la población se dedicó al trabajo de la tierra, generando excedente que se podía almacenar para épocas venideras o que se podían intercambiar por otros bienes y servicios; esta situación llevó a que mucha gente pudiera especializarse en una tarea puntual, circunstancia de derivó en un aumento de la productividad. Así, vemos como fueron conformándose los centros urbanos del pasado que dieron inició a nuestras modernas ciudades. Estos eran fundamentalmente asentamientos cercanos a un área productiva en alimentos (agricultura) y que se alimentaba de estos.
Lo urbano viene a referencia a todas las características que hacen alusión a este tipo de formaciones humanas. En efecto, una vez que estas crecen y aumentan en complejidad se requiere comenzar a armar toda una red de servicios que solucionen los problemas que puedan suscitarse. Esto implica eliminación de desechos, limpieza de lugares públicos, formas de distribuir suministros, autoridades para dirimir conflictos, etc. Por otra parte, estas soluciones requieren inevitablemente aportes de índole económica. Lo urbano viene a referir a todo este tipo de particularidades, a todo este gran espectro e circunstancias que se vinculan con el surgimiento y sostenimiento de una ciudad específica.