El peronismo es un movimiento político y social con gran adhesión en Argentina que se erigió desde mediados de los años 40 bajo la figura de su líder, Juan Domingo Perón. Amado por su vocación de justicia social u odiado por su autoritarismo, no se puede negar que es una de las figuras más influyentes de la historia de Latinoamérica.
Su rol disruptivo partió de instalar el Estado de Bienestar en Argentina, buscando una alianza entre los empresarios locales y la clase trabajadora para promover el desarrollo económico nacional autónomamente de las potencias extranjeras. Su legado perdura hasta la actualidad.
Inicios
En 1943, bajo el gobierno de Farrell, el General Juan Domingo Perón fue designado Secretario de Trabajo y Previsión. Desde dicha Secretaría (y más adelante como vicepresidente), Perón ganó amplio apoyo de los trabajadores, ya que atendió a las principales preocupaciones del sector obrero industrial, socavando el peso de la izquierda.
Para el año 1945, el propio Perón fue ganando más protagonismo que el presidente Farrell. La preocupación generalizada en las cúpulas militares por el nuevo liderazgo y su política pro-obrera, le valieron su renuncia obligatoria, su jubilación de las Fuerzas Armadas y su apresamiento en la Isla Martín García el día 9 de octubre.
Sin embargo, esta iniciativa no sería gratuita. Ante las medidas para excluir a Perón, los trabajadores se manifestaron de forma espontánea reclamando por su libertad. Así, un 17 de octubre de 1945, una muchedumbre se amontonó en la Plaza de Mayo y logró que sea liberado. Podemos decir que ese es el día en que nace el peronismo.
Primer Gobierno de Perón
Al año siguiente, en las elecciones presidenciales de 1946, Perón se candidatea y triunfa con un 52% de los votos. Una vez en el poder, continúa acentuando las medidas industriales de carácter nacionalista y popular que venía impulsando.
Lo que Perón proponía era una alianza de clases, mediada por el Estado, entre los empresarios que producían para el mercado interno y la clase trabajadora. Su idea era impulsar un desarrollo económico que beneficiase inicialmente a las industrias, lo cual repercutiría en el aumento de los puestos de trabajo y los salarios de los trabajadores. Asimismo, esto impactaría en la economía local ya que dichos trabajadores, con un salario engrosado, consumirían los productos elaborados internamente.
De esta forma, la clase trabajadora pasó a estar integrada en el Estado. Para ello se asistió a una gran sindicalización de los trabajadores que fue alejando a las viejas guardias sindicales. Además se creó una estructura sindical centralizada y unificada bajo la CGT. Así, se le brindaron nuevas ventajas a los sindicatos, pero al mismo tiempo se dio al Estado la función de garante y supervisor.
En este primer gobierno creció la figura de Eva Duarte, esposa de Perón. Ella fue el rostro de una lucha que llevaba años: la del Sufragio Femenino, que finalmente se legalizó en 1947. A su vez, debido a sus acciones de cuidado frente a los más necesitados, Evita se erigió como emblema de la justicia social.
En el año 1949, desde el gobierno se realizó una reforma de la Constitución en la que se incorporaron los derechos de los trabajadores, a la vez que se sumó una clausula que permitía la reelección presidencial. Esta disposición provocó la oposición de los sectores tradicionales, a la cual se sumó una crisis económica generada por una serie de malas cosechas y una reducción de la demanda externa de productos agrícolas. Así, Perón terminó su primer mandato en una situación compleja y utilizó la propaganda para favorecer su próxima candidatura.
Segundo Gobierno de Perón
A pesar de las dificultades políticas y económicas, Perón triunfó en las elecciones de 1951 con un 62% de los votos. El clima era de tensión. De hecho, el 26 de julio de ese mismo año, Eva Perón muere de cáncer y en las calles se dejan ver pintadas que exclaman ¡viva el cáncer!
Si bien para 1953 la crisis económica iba finalizando, la crisis política continuaba fortalecida por los rumores de corrupción y de tortura a los presos políticos. Además, desde el gobierno se buscó una peronización de la sociedad mediante propaganda, lo cual generó una mayor oposición de los sectores tradicionales.
La Iglesia se constituyó como uno de los principales oponentes al gobierno. Ante la falta de apoyo de dicha institución, Perón respondió eliminando la obligatoriedad de la educación religiosa en las escuelas, sancionando la ley de divorcio vincular y proponiendo la separación de la iglesia del Estado.
Así, el 11 de junio de 1955, todas las fuerzas opositoras, se movilizaron en solidaridad con la Iglesia, resultando en la movilización mas grande en contra de Perón. Cinco días más tarde, el 16 de junio, el sector conservador de las Fuerzas Armadas bombardeó Plaza de Mayo y la Casa Rosada con el fin de asesinar a Perón. Si bien el líder del movimiento no murió, sí fueron asesinadas alrededor de 300 personas. Perón respondió a estas acciones aumentando la rivalidad con una mayor belicosidad. De esta forma, el clima social se cargó con una tensión incontenible.
En este estado de mutuas hostilidades, el 20 de septiembre se tomó la Casa de Gobierno mediante un golpe de estado y Perón debió abandonar la Argentina. Permaneció en el exilio por casi 20 años, pero igualmente se mantuvo cercano a la política argentina.
Regreso del peronismo para constituir el Tercer Gobierno de su líder
Luego de 18 años de proscripción del peronismo, finalmente volvió a haber elecciones presidenciales en que este partido podía presentarse. No obstante, la figura de Perón aún estaba vedada. Sin embargo, el líder del movimiento designó a Cámpora para que encabezara la fórmula presidencial, bajo el lema “Cámpora al Gobierno, Perón al Poder”.
No solo el sindicalismo impulsó la campaña, ahora también había nuevos grupos que tenían un rol político preponderante en el escenario local: las agrupaciones juveniles de izquierda. Así, Montoneros y la Juventud Peronista también se movilizaron para impulsar la campaña con la consigna de “Perón Vuelve”.
Finalmente, Cámpora ganó las elecciones y, tras su renuncia programada, se llamó a elecciones. El 20 de junio, Perón volvió a la Argentina de su exilio para asumir la presidencia. Para posibilitar su retorno, el líder se había inclinado hacia el ala de la juventud izquierdista del peronismo. No obstante, una vez electo, el líder reforzó sus lazos con el sindicalismo tradicional y en 1974 quitó su apoyo a esa juventud que había promovido su candidatura.
De esta forma, los grupos políticos de jóvenes se opusieron a Perón y desde el gobierno se respondió con la creación de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) para perseguir a los grupos de izquierda. Así se quebró finalmente la débil relación que quedaba entre Perón y los sectores revolucionarios.
El último gobierno de Perón fue diferente porque la época era diferente. Debe tenerse en cuenta que la Argentina a la que retorna Perón no era la misma de 1955; tampoco lo era el contexto internacional. La creciente inflación, el estancamiento salarial, las malas condiciones de trabajo y la intervención en los sindicatos son algunos de los factores que determinaron que la vuelta del líder no contrajera las protestas sociales, sino que por el contrario, las acrecentara.
Perón no terminó su mandato, ya que murió por causas naturales el 1 de julio de 1974. Su vicepresidenta, María Estela Martínez, asumió la presidencia y, a partir de ese momento, Montoneros pasó a la clandestinidad.
Referencias bibliográficas
- Daniel James, Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina, 1946 – 1976, Buenos Aires, Sudamericana, 1990.- Marcelo Rougier, La economía del peronismo. Una perspectiva histórica, Buenos Aires, Sudamericana, 2012.