Un modelo de desarrollo es un tipo de programa que pretende desarrollar la economía de un país. El mismo se basa fundamentalmente en un aumento de la inversión, circunstancia para la que requiere un incentivo importante al crédito. Un modelo de desarrollo debe ser impulsado principalmente en aquellos países más rezagados en lo que respecta a productividad, refiriendo en este sentido a los denominados países del tercer mundo. Para que un tipo de programa de estas características sea fructífero, la integración entre el sector privado, público y el trabajo se torna fundamental; en otras palabras, se requiere de un consenso amplio dentro de la sociedad que garantice estabilidad y credibilidad.
Existen muchos criterios para postular un modelo de estas características, pero lo cierto es que en países poco desarrollados, uno de las necesidades básicas es el acceso a créditos blandos para actividades productivas. Esto significa que se debe garantizar financiamiento a aquellas actividades que aumentan la oferta de determinados bienes y servicios que son considerados esenciales. El estado en algunas ocasiones puede ayudar aumentando el gasto público si este se enfoca primariamente en la inversión productiva (aumentar el gasto corriente sería contraproducente); así, se podrían construir rutas, caminos, dragar ríos, ferrocarriles, etc., todo ello buscando que la productividad general aumentase.
Existen en este sentido diversos organismos internacionales que buscan proveer de créditos blandos en lo que se considera infraestructura, créditos que son generalmente emitidos a un muy largo plazo. Este tipo de circunstancia significa una gran oportunidad para aquellos países con enormes problemas de infraestructura. Algunos podrán argumentar que el endeudamiento es una política peligrosa, pero lo cierto es que lo peligroso es el modo en que este se utiliza. En efecto, si con esa deuda se adquieren activos que generan una mejora radical en las condiciones económicas y sociales, entonces puede decirse que se ha realizado en gran negocio.
Para finalizar, cabe señalar que será positivo intentar mantenerse superávits gemelos si se está en una posición económica y social desventajosa, circunstancia para la que puede ayudar intentar mantener un tipo de cambio competitivo. De esta manera se logrará que lluevan las inversiones. Si bien es cierto que cualquier receta al respecto puede considerarse inapropiada porque cada circunstancia es distinta, lo cierto es que los países que desean un mayor desarrollo necesitan de mucho capital a invertir, capital que debe venir necesariamente del exterior, sobre todo de aquellas naciones que ya han pasado por el mismo proceso y tengan exceso de ahorro.