El menú de inicio es un apartado del sistema operativo Microsoft Windows cuya finalidad es hacer una presentación de las principales posibilidades de actuación que el usuario tiene. El mismo se encuentra en la esquina inferior de la izquierda con un botón fácilmente identificable e hizo su aparición en la versión del sistema operativo que tuvo su lanzamiento en el año noventa y cinco, dando nombre al mismo (Windows 95). Es de extrema utilidad por la facilidad que tiene para brindar las principales opciones del sistema; así puede decirse que funciona como una suerte de simplificación de los mismos para un rápido acceso.
Una vez que este modo de interfaz se integró en Windows, su utilización continuó empleándose en las sucesivas versiones del sistema operativo hasta Windows 8. En parte, este tipo de circunstancia se explica por las facilidades que ofreció a los usuarios. No obstante, también es cierto que la interfaz tuvo diversas variantes y evoluciones. Cuando se hizo la presentación de Windows 8 y la funcionalidad estaba ausente, la desazón de los usuarios se hizo escuchar rápidamente. Esto hizo que se ofrecieran rápidamente distintas formas de integrarlo nuevamente al sistema. Finalmente, con la salida de una actualización para Windows 8.1 el famoso menú vuelve a estar vigente.
El menú de inicio referencia los programas más utilizados por el usuario. Estos se muestran verticalmente, teniendo los de mayor uso una posición privilegiada. Debajo de todo, el menú nos ofrece la posibilidad de mostrar todos los programas que están instalados y que por cuestiones de espacio se ven ocultos. Conjuntamente con esta muestra, el menú de inicio da cuenta también de las carpetas donde el usuario tiene sus documentos, sus imágenes o su música. Otra de las visualizaciones que ofrece el menú tiene que ver con una interfaz para controlar las diversas configuraciones del sistema operativo; en este caso, se podrá configurar la seguridad del sistema, la apariencia, las conexiones, las redes, el hardware, etc.
Es una incógnita saber si en el futuro Microsoft mantendrá esta interfaz que fue una de las características principales de su producto, tanto en lo que refiere a la estética como en lo que se relaciona con la utilidad. Lo cierto es que, aparentemente, los usuarios han dado su veredicto, reconociendo su valor. En este sentido, la experiencia de Windows 8 fue decisiva en el hecho de conocer el gusto del público; es difícil esperar que este gusto sea desatendido.