Se denomina lingüística a la disciplina que se aboca al estudio de la capacidad del hombre de comunicarse mediante el lenguaje. En tanto constituye un conjunto sistematizado de conocimientos y ostenta un objeto específico, puede decirse que la lingüística es una ciencia. No obstante, dado lo complejo de analizar y cuantificar el proceso de la comunicación oral desde toda su amplitud, la lingüística debe excluirse de las ciencias exactas. En efecto, sus consideraciones son en ocasiones son inmedibles. No obstante, ha logrado algunos avances importantes en muchas de sus observaciones, avances que le han permitido en ocasiones conocimientos sobre lenguas muertas. Durante su período de existencia, la lingüística se caracterizó por presentar diversas teorías y puntos de vistas que tenían como finalidad dar cuenta de distintos aspectos del lenguaje humano; estos no son necesariamente contradictorios, sino que en muchas ocasiones son complementarios.
Un trabajo señero en lo que respecta a la lingüística como ciencia es el “Curso de lingüística general” de Ferdinand de Saussure. Esta obra fue elaborada por sus alumnos a partir de notas de sus clases. EL aporte fundamental de Saussure fue el de sentar bases para la sistematización del estudio del lenguaje. Así, dará cuenta de una lengua como un fenómeno social en donde una determinada comunidad lingüística comparte una serie de elementos y de forma de utilizar estos a partir de reglas también compartidas. Estos elementos son los signos lingüísticos, una relación arbitraria entre un significante y un significado de índole mental que se comparte socialmente. Saussure dio lugar con estos conceptos al comienzo de un derrotero teórico conocido como estructuralismo, corriente que incluso trascendió al ámbito de la lingüística en su forma de anlizar fenómenos.
Puede decirse que el otro aporte de envergadura a la lingüística lo hizo el lingüista Noam Chomsky. Si Saussure había puesto el énfasis en el lenguaje como fenómeno social, Chomsky lo hará como fenómeno genéticamente determinado. En efecto, Desde esta perspectiva todos los hombres comparten la facultad del lenguaje desde una perspectiva genética, y esta facultad se hace concreta en la utilización de un lenguaje determinado. Esto significa que todos las lenguas del mundo comparten una serie de elementos comunes, una suerte de sintaxis que todos respetan y que cada uno mantiene con determinadas variantes. Este aporte fue de enorme relevancia ala lingüística y se extiende con vigor hasta nuestros días, aunque con algunas variantes. En efecto el mismo Chomsky fue reformulando su modelo en varias oportunidades y quizá este proceso continúe en el futuro.