Cuando uno tiene la capacidad de tomar una decisión sin que ésta sea impuesta por otro, simplemente porque uno quiere, se lo entiende como libertad. Es el concepto por el cual muchos hombres y mujeres pelearon -y aún hoy siguen luchando-, para lograr tener una voz propia.
La libertad es un concepto filosófico de enorme importancia y se erige en buena medida como uno de los valores fundamentales de las sociedades occidentales. En efecto, este concepto filosófico saltó del ámbito de la filosofía pura y de la reflexión sobre el hombre para incorporarse en el debate sobre la organización civil y de la misma economía. En la actualidad, esta está reconocida y entronizada en las principales constituciones del mundo, y se espera que el camino recorrido en este sentido continúe su curso de manera inexorable.
La libertad es la capacidad de que se opte según el propio criterio. Este tipo de definición puede llevarnos a considerar la naturaleza propia de esta, en la medida en que no se supedita a ningún criterio exterior. El mundo físico está caracterizado por relaciones de causa y efecto, en donde un determinado fenómeno se explica por otro o por una concurrencia de otros fenómenos que a su vez tendrán su fundamento en fenómenos alternos, extendiéndose la cadena de causas y efectos de modo indefinido. Por el contrario, a libertad no puede encontrar su fundamento o causa en ningún aspecto exterior más allá que la propia voluntad. No obstante, cabe señalar que esta libertad tiene límites; asimismo, cuando se dice que el hombre es libre, quizá sea de mayor precisión decir que su voluntad es libre, en la medida en que pueden existir circunstancias que limiten enormemente el campo de acción de una persona.
En economía, la libertad se refiere a que cada actor económico puede orientarse a producir aquello para lo que se crea mejor capacitado y de la manera en que lo crea más conveniente. Esta perspectiva se distingue de una economía planificada, en donde el estado es el encargado de dirigir que es lo que debe producirse y como. Esta última ha mostrado su fracaso especialmente en el siglo XX, cuando naciones organizadas bajo un sistema socialista se vieron imposibilitadas de mantenerlo. Una explicación del motivo de la supremacía de una organización económica fundada en la libertad puede encontrarse en la obra del economista Friedrich August von Hayek “Camino de servidumbre”.
En cuanto a la organización política de la sociedad, la libertad se plasma en la posibilidad que tiene cada individuo por dar su voto por aquellos representantes que considere más acordes para dirigir los destinos de la nación. Así, la libertad y la democracia están integradas de modo férreo.