Se denomina justo a toda situación o circunstancia que se ajusta a una ley. En este sentido cabe señalar que uno de los criterios para establecer un determinado estado de cosas como justo es el hecho de que implica beneficio para el conjunto de las personas involucradas. Esto significa que lo justo y lo bueno se identifican, la justicia implica orientación al bien común y un estado de cosas que plantee lo contrario se aleja del criterio de justicia. No obstante, existen algunas voces que intentan considerar lo justo como un mero criterio socialmente determinado que podría variar de sociedad a sociedad a sociedad, de cultura a cultura. En este sentido se cae ineluctablemente en un relativismo que puede considerarse opuesto en muchos puntos con el propio concepto de justicia.
Todas las épocas, sin lugar a dudas, han mantenido algún tipo de concepto acerca de lo que debe considerarse como justo. Así, si repasamos los más antiguos códigos, podremos encontrar un grado diverso de normativas que se oponen sustancialmente en el concepto de justicia que emplean. No obstante, esta circunstancia carece de importancia al considerar que el criterio de justicia siempre se empleó para garantizar algún grado de orientación en lo que respecta a la búsqueda de un bien común. Esto significa que a pesar de la diversidad de criterios empleados, la búsqueda de un bien y la toma de decisiones en ese sentido para salvaguardarlo de alguna manera es una circunstancia que siempre se encuentra presente en todas estas variantes de sistemas jurídicos. Muchas de estas variantes intentan defender algunos principios que son connaturales al hombre.
Lo expuesto, el planteo de lo justo como una apreciación cultural o una circunstancia apreciable desde el punto de vista natural han sido puestos de manifiesto en concepciones de la justicia distintas. Así, podemos hacer referencia al denominado derecho positivo y al derecho natural. El primero interpreta lo justo como consecuencia del hecho de atenerse a una norma escrita y generada por una sociedad. El segundo, considera lo justo como lo que se condice con una norma natural grabada en la conciencia del hombre. Durante mucho tiempo primo un concepto de lo justo considerado desde la primera posición, pero con algunos sucesos trágicos del siglo XX, esta postura fue revisada por muchos. En efecto, algunas atrocidades cometidas fueron alentadas por el mismo estado y podrían considerarse justas por el hecho de atenerse a derecho. Se hace imperativo, por lo tanto una valoración de lo justo como un estado que se atiene a inclinaciones naturales del hombre.