La diversidad es un término con el que se alude a la pluralidad de elementos en un determinado ámbito. Así, es posible hacer referencia a la diversidad étnica, cultural, biológica, etc. En vertientes más ideologizadas, el término diversidad suele utilizarse haciendo referencia a una existencia de seres definidos como diferentes entre sí y que no necesariamente deben someterse a una única norma; esta última visión suele ser controvertida puesto que elimina o disimula algunas consideraciones que referidas al género humano deberían ser extensas. En cualquier caso, lo diverso es aquello que mantiene múltiples manifestaciones igualmente válidas y con sentido.
Si hacemos referencia a la diversidad biológica, nos referiremos a las distintas formas de vida que pueblan la faz de la tierra. La teoría más aceptada hoy en día nos dice que la misma se debe a un proceso de evolución azarosa y a la influencia de distintos ambientes. Así, los distintos seres orgánicos van experimentando pequeñas variaciones al reproducirse y van generando distintas líneas evolutivas a lo largo del tiempo. Millones de años de este proceso en acción es lo que ha llevado a esta cantidad enorme de posibilidades desde el punto de vista biológico. En efecto, en el principio la vida se limitaba, en teoría, a un solo espécimen que fue evolucionando y cambiando en distintas líneas. Así, surgieron distintos tipos de bacterias, los vegetales y finalmente los seres necesitados de oxígeno para su supervivencia.
Desde el punto de vista cultural, la diversidad referirá a una innumerable cantidad de sociedades cohesionadas en función de distintos elementos culturales tales como el idioma, la religión, la filosofía, las costumbres, el arte, la danza, la música, etc. Estos elementos tenderán a crear en buena medida la idiosincrasia de cada pueblo y la misma tenderá a variar debido a las distintas tradiciones, las distintas historias comunes que se generen, etc.
En cuanto a la diversidad étnica, la misma se explica por ser una adaptación a distintos ambientes que experimentó la humanidad. En efecto, la humanidad surgió en África en una zona de calor extremo, circunstancia que motivaba algunos rasgos específicos, como por ejemplo color de piel oscura y pelo achaparrado. Cuando la humanidad comenzó a migrar hacia otras regiones, estas condiciones que eran ventajosas en zonas de calor se transforman en desventajosas en zonas de frio. Es así que se van generando nuevos rasgos que dan cuenta de nuevas formas de lidiar con el ambiente que toca vivir.