El tema de la verdad ha inquietado al ser humano desde hace miles de años. Y continúa haciéndolo. De alguna manera, todos buscamos la verdad, aunque sea parcialmente.
La ciencia, la religión y la filosofía han reflexionado sobre este concepto. Lo que es evidente es que hay muchas ideas o creencias que pretenden alcanzarla. Ante esta diversidad de criterios, surge una propuesta: que hay una única verdad. Esta es la idea principal del universalismo.
La convicción de que hay una única verdad es defendida desde algunas doctrinas religiosas, como el Cristianismo o el Islam. En ambos casos, los principios que defienden están inspirados por un Dios verdadero y, en consecuencia, la humanidad entera debería guiarse por ellos. El Islam y el Cristianismo son universalistas, en cuanto que propugnan que sus planteamientos sean válidos para todos los hombres.
Hay propuestas filosóficas que defienden la idea de una única verdad y ésta es alcanzable mediante la razón humana. Sócrates es quien defendió por primera vez esta tesis y lo hizo para oponerse al relativismo de los sofistas, quienes mantenían que la verdad es inalcanzable, porque es algo interpretable y cada sociedad tiene su propio criterio sobre ella. Este debate filosófico marcó un rumbo en el pensamiento occidental. Para algunos, existe una verdad, es posible llegar hasta ella y el hombre tiene la obligación moral de hacerlo. Para otros. el universalismo no tiene fundamento. De hecho, los detractores del universalismo consideran que la idea de verdad como algo absoluto es irreal ( sólo hay verdades parciales o convencionales ). Por otra parte, los críticos del universalismo recuerdan que no se ha alcanzado un acuerdo global sobre una idea suprema que sea cierta, lo cual demuestra que el universalismo es un ideal imposible de alcanzar.
Si bien el universalismo no ha tenido un éxito definitivo porque no hay consenso sobre una certeza universal, sí ha tenido algún logro parcial. Ha inspirado la creación de algunos organismos internacionales ( por ejemplo, la ONU ) o la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Este tipo de propuestas se fundamentan en el espíritu del universalismo. Tampoco hay que olvidar que el universalismo moral tiene un significado útil como reflexión, pues mantiene la idea de que al decir que algo es justo, se pretende afirmar que es justo para cualquier persona. Este criterio se podría expresar con una idea bastante conocida: no hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti. Un claro ejemplo de lo que es el universalismo.