El término interculturalidad hace referencia a la diversidad cultural que se manifiesta en la sociedad actual. Si tomamos como referencia las grandes ciudades, en ellas hallamos personas de orígenes étnicos distintos, lenguas diferentes y tradiciones culturales muy variadas. Para que la convivencia entre personas distintas sea armoniosa es necesario fomentar valores como la integración, la tolerancia o el respeto mutuo. Y la Interculturalidad es, precisamente, una apuesta por la aceptación y normalización de las diferencias sociales.
Interculturalidad y multiculturalidad
Estos dos conceptos tienen semejanzas y diferencias y vale la pena exponerlas. Se asemejan en una idea fundamental: que la sociedad no es homogénea sino plural. Sin embargo, hay una diferencia notable, ya que la multiculturalidad expresa las diferencias como un hecho objetivo y la interculturalidad aspira a lograr que dichas diferencias se traduzcan en la plena integración de las distintas culturas. De esta manera, la interculturalidad tiene un componente reivindicativo y transformador, ya que propone superar la multiculturalidad.
Retos de la interculturalidad
A lo largo de la historia las diferencias religiosas, étnicas o culturales han constituido un argumento para justificar la exclusión social de algunos colectivos. En este sentido, la interculturalidad pretende crear un marco de convivencia en el que ningún colectivo pueda verse discriminado por algún aspecto diferenciador.
Las diferencias entre un colectivo y otro no pueden implicar ninguna forma de desigualdad. De hecho, en la sociedad tradicional se han establecido jerarquías basadas en los aspectos diferenciadores. En esta línea, la interculturalidad se fundamenta en un criterio ético: todas las culturas merecen el mismo respeto.
Uno de los campos de actuación de la interculturalidad es el ámbito educativo. Así, hay países que ponen en marcha programas escolares para que estudiantes de culturas distintas tengan una relación satisfactoria y en un plano de igualdad.
Cada cultura puede aportar algo al conjunto de la sociedad y su aportación debe entenderse como sinónimo de riqueza para el conjunto de la sociedad.
La interculturalidad expresa el anhelo por una mejor convivencia entre los seres humanos. No obstante, se trata de un camino con todo tipo de obstáculos: la superación de prejuicios, problemas lingüísticos o la hegemonía histórica de algunos grupos sobre otros. En definitiva, la interculturalidad es una apuesta por la inclusión social del conjunto de la ciudadanía, una cuestión que debe abordarse en la escuela, en los medios de comunicación, en la legislación y en la vida cotidiana.