Entre el individuo aislado y el conjunto de la sociedad existe una estructura intermedia, la familia. Se trata de una forma de organización universal, ya que existe en todo el mundo y desde los tiempos más remotos. Sin embargo, hay que tener presente que el concepto de familia ha ido evolucionando con el paso del tiempo. De hecho, los antropólogos estudian sus distintas modalidades ( la familia consanguínea, la monogámica o la poligámica son simplemente algunas de las variantes que han sido analizadas ).
Los historiadores están básicamente de acuerdo en la idea de que el Neolítico fue el periodo donde los lazos afectivos cambiaron, pues el ser humano abandonó el nomadismo y se organizó en comunidades sedentarias.
La evolución histórica de la familia es uno de los posibles enfoques. Sin embargo, hay otras posibilidades que también pueden considerarse. Así, la familia es una estructura económica donde los progenitores satisfacen las necesidades de los hijos. Al mismo tiempo, es un vínculo afectivo y emocional, así como una posible fuente de conflictos. También hay un componente educativo y formativo en el núcleo familiar. Tampoco hay que olvidar que hay una legislación que regula los lazos que se establecen entre los miembros y, desde un punto de vista religioso, la familia tiene una dimensión espiritual profunda. Estas perspectivas ponen de relieve que la familia es una realidad que debe comprenderse desde planteamientos muy distintos.
En las últimas décadas el concepto tradicional de familia se encuentra en un proceso de transformación. Durante siglos se ha pensado en un formato muy concreto: un matrimonio con hijos que comparten una vida en común. Esta es una imagen que todavía existe, pero va incorporando variantes y modificaciones: matrimonio entre personas del mismo sexo, matrimonio que incorpora a la familia los hijos de anteriores parejas, madres solteras, familias monoparentales, etc. La normalización de estas nuevas formas de organización familiar pone de manifiesto que estamos en un momento de cambio social profundo. Ante esta situación, hay algunos que apuestan por preservar y proteger a la familia tradicional, por considerar que las alternativas son desviaciones morales o propuestas contrarias a un dogma religioso. Por el contrario, hay quienes creen que es positivo un criterio abierto y amplio del concepto de familia.
Independientemente de cómo sea una estructura familiar o de las valoraciones morales que se puedan realizar, resulta evidente su importancia a la hora de influir en cada uno de los individuos, de manera muy especial en los hijos. Una parte muy significativa de los valores y las ideas que tenemos se aprenden dentro del seno familiar.