Se conoce como lazo familiar al vínculo que se establece entre dos o más personas especial aunque no exclusivamente a través de la sangre. La familia es el conjunto de personas con las que un individuo crece y esto puede ser así a partir de lazos de sangre o de vínculos de amor y protección en el caso de adopción de niños. El lazo, sea cual sea el caso, es uno de los lazos que la persona más tiempo mantiene a lo largo de su vida en términos generales.
¿Qué es lo que nos hace sentir parte de una familia?
No hay una respuesta unívoca a esta pregunta. Cada familia es un mundo y si bien en términos generales las sociedades humanas (y también las animales) establecen la estructura en base a los vínculos de sangre que remiten a compartir un código genético, hay muchas familias que establecen lazos de tipo afectivo y de cuidado y amor que van más allá de la sangre y que incluso a veces pueden ser más fuertes.
Se entiende que la familia no es algo que uno elija salvo cuando uno mismo construye la propia. Pero muchas veces los padres que nos tocan no son elegidos por nosotros y esto hace que la familia nos lleve a adaptarnos a un número de funciones, formatos y estilos que perfectamente pueden variar en otra, incluso cercana. Los lazos se construyen subjetivamente y dependerán de lo que cada grupo considere como importante: mientras históricamente el vínculo de sangre ha sido central en las sociedades pasadas para considerar a alguien parte de la familia, hoy en día esa estructura se ha resquebrajado y la inclusión de personas externas es mucho más común.
La familia extendida y la ensamblada: fenómenos particulares
Tal como dijimos antes, cada familia tiene una estructura de funcionamiento específica y particular. La actualidad nos marca que no hay una sola forma de familia y esto hace que muchas veces se integre como parte del grupo central a agregados como abuelos, tíos, primos o incluso familiares políticos que empiezan a aparecer en el juego.
Los vínculos también se han reestructurado en los últimos tiempos a partir del surgimiento de familias ensambladas. Las mismas son la unión de fragmentos de familias que han sido el resultado a veces de matrimonios fallidos, de la presencia de hijos previos, etc. Así, una pareja que se une y que trae al grupo familiar hijos de relaciones previas (más tal vez los hijos en común) obliga a reordenar los vínculos, ya que allí la conexión de sangre no está asegurado sino que los mismos se establecen en base al amor, el cuidado, la compañía, la contención, etc.