El nomadismo es una condición de algunos pueblos que se desplazan de modo regular por distintos territorios. Dicha circunstancia era común en los comienzos de la humanidad, siendo relegada en la actualidad a casos puntuales, como por ejemplo el de los beduinos. Los nómadas más primitivos se caracterizan por el hecho de desplazarse en busca de alimentos; es el típico caso de sociedades cazadoras y recolectoras. Otro ejemplo, en cambio, remitirá a poblaciones que se dedican al pastoreo de animales de una forma itinerante; en este caso lo que motiva la movilidad es la necesidad de alimento para los animales. En muchas ocasiones se ha emparentado al nomadismo con la barbarie y la falta de civilización, circunstancia que tiene una connotación despectiva.
En las sociedades primitivas del pasado, cuando la humanidad comenzaba su derrotero sobre la faz de la tierra, el nomadismo era una condición normal. En efecto, los hombres se desplazaban de un lado a otro con la finalidad de conseguir alimentos. Así, si una temporada bajaba la provisión en un lugar (como consecuencia de la depredación o de las estaciones), tan solo se procedía a desplazarse a otro lugar con recursos más abundantes. Esta situación continuó hasta el neolítico, momento en que el hombre comienza una etapa de mayor complejidad en la tecnología empleada y que derivaría en la capacidad de cultivar los propios alimentos y poder establecerse en una región específica, marcando el paso a una sociedad sedentaria.
Esta circunstancia de alguna manera es la que explica la asociación entre nomadismo e incivilización. Solo cuando el hombre pudo establecerse en un determinado lugar es cuando surgen instituciones, un espacio público y fundamentalmente la escritura. Este establecimiento da lugar a una subdivisión de las tareas en una sociedad y a un consecuente aumento de la productividad. La cultura elaborada, incluso, puede ser asociada a una sociedad sedentaria.
Hoy en día, los pueblos nómadas siguen existiendo en una proporción mínima. Su condición los lleva a desplazarse por lo general por lugares deshabitados. En este sentido, los más famosos son los beduinos, que fundamentan su economía en la cría de ganado, movilizándose regularmente para alimentar a los mismos en zonas donde crece a vegetación. Dicho pueblo existe hace muchísimos años y abrazó al Islam en un momento de la historia, circunstancia que significó su ingreso a una cultura y cosmovisión más extensa. Hoy en día es posible encontrarlos en diversos países de Medio Oriente y del norte de África.