En la información que aparece en los medios de comunicación es frecuente que nos encontremos con términos como «especie endémica», «especie invasora» o «especie en peligro de extinción». La biología necesita un sistema conceptual para ordenar la diversidad de los seres vivos. El término especie es un concepto que emplea la biología para agrupar los individuos en función de su aspecto. Sin embargo, las semejanzas físicas de dos individuos concretos no son suficientes para considerarlos de una misma especie. Se habla de especie cuando los distintos individuos vivos se pueden reproducir entre sí.
Como pauta general, los individuos que forman una especie comparten formas y funciones vitales prácticamente idénticas
La primera clasificación de las especies la realizó Aristóteles en el siglo IV a. C y en el siglo XVIII de nuestra era el naturalista sueco Linneo introdujo el sistema de ordenamiento que todavía permanece en vigor. Su modelo de ordenamiento es el conocido como sistema binomial. Consiste en definir a una especie combinando dos elementos, lo genérico y lo individual de cada ser vivo. Los dos aspectos conforman el nombre científico de un ser (por ejemplo, los humanos somos de la especie homo sapiens porque pertenecemos a la familia de los homínidos, pero formamos un grupo específico, los sapiens). Esta denominación binaria es universal y permite que la comunidad científica pueda entenderse utilizando una definición única. La nomenclatura empleada para las especies es aplicable a cualquier ser vivo (animales, plantas, bacterias y virus).
Por último, hay que indicar que el concepto general de especie se puede subdividir. De esta manera, las subespecies son grupos de individuos que pertenecen a una especie común pero que tienen algunas peculiaridades singulares (por ejemplo, el tigre pertenece a la especie Pantera tigris, pero existen otras subespecies, como el tigre de Bengala, el tigre malayo o el tigre siberiano).
La teoría de las especies
Si bien fue Linneo quien aportó un modelo para clasificar las especies, la teoría sobre su desarrollo la proporcionó el naturalista Charles Darwin en el siglo XlX. El fundamento de su teoría se podría resumir del siguiente modo: las poblaciones de seres vivos van evolucionando a lo largo de las generaciones y la diversidad de especies aparece como un proceso de selección natural. La naturaleza selecciona aquellos rasgos físicos que son más útiles para la adaptación de un individuo y aquellas mutaciones individuales que logran adaptarse al medio son las que finalmente acaban imponiéndose entre los miembros de una especie.
Imagen: iStock. Alija