El impuesto rosa es conocido como el valor agregado que tienen los productos enfocados al consumo exclusivamente del género femenino, que pueden ser los mismos que cumplen las necesidades de los hombres, pero bajo una supuesta cualidad femenina, esto a consideración de los productores, por ejemplo, un rastrillo, tiene la misma función para ambos sexos, pero cuando se dirige a las mujeres tiene diferentes detalles, como un color y empaque especial o acabados con un material exclusivo.
A partir de diversos análisis políticos, económicos y sociales, un grupo de legisladores en México ha considerado la eliminación de este impuesto agregado al precio debido a una larga historia en la desigualdad genérica y por el abuso del sobreprecio originado por las estrategias mercadológicas.
Las mujeres han padecido una enorme diferenciación en cientos de aspectos, uno de tantos ha sido la oportunidad de un desarrollo profesional, hasta hace algunos cuantos años existía también una enorme disparidad en los salarios (sobre la cual se continúa luchando para achicar), y qué decir de actividades que no tienen ingreso alguno como el desempeño en el hogar, exhaustivos trabajos de limpieza y cuidado de niños o ancianos.
Aun sin remuneración, compran cientos de productos, siendo consumidores de alta potencia, motivo por el que mucha publicidad (para la limpieza, belleza e higiene personal) se dirige a este sector, sobresalen los que son para la higiene menstrual, únicos del sexo femenino, siendo estos los que se han puesto en la mira de los legisladores mexicanos para extinguir costos excesivos, generando un enorme apoyo a este gran número de población que tiene dificultades económicas.
El exterminio de la desigualdad
Un motivo por el que se suelen subir los precios en la segmentación del sector femenino, es porque se invierte mucho más en empaques, diseños exclusivos y excesivas campañas de publicidad, siendo las mujeres en todas sus profesiones un objetivo de alto consumo, destacando que también el embarazo se transforma en un importante target de compra. Durante la gestación las mujeres pudieran no percibir salario alguno, pero son clave para la demanda de ciertos productos; siendo su condición sexual una injusticia al público femenino, este ofrecimiento desigual se basa en precios altos, según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) hasta un 17% más que los productos dirigidos a los hombres y hasta de un 52% de diferencia a productos para bebes y embarazadas; por ahora en la cámara de diputados ha entrado el debate de eliminación de impuestos para una igualdad en los precios, además de garantizar atención médica gratuita y productos de higiene menstrual sin costo para todas las comunidades, en especial las indígenas, las cuales viven en alta pobreza, estudiantes y trabajadoras de la casa.
Dentro de las reformas se encuentra como primer paso la derogación del impuesto a las toallas sanitarias, tampones y copas. A partir de la aprobación, se busca continuar con otros productos de precios exagerados, estas acciones han empezado a ser deliberadas por la influencia social que han generado los movimientos feministas en los últimos años, una revolución social que empezó por el hartazgo de la desigualdad e imposición patriarcal que ha dominado por siglos.
Hasta ahora estas manifestaciones en gran parte del mundo han logrado establecer leyes a favor del aborto, mayores penas judiciales por abuso sexual, abolición de la violencia de género y protección a víctimas, aunque aún existen muchos temas en el tintero que deben ser trabajados.
Una acción histórica
La eliminación del impuesto no es exclusiva de este país, ya existen casos en otras naciones y han tenido mucho éxito, el pionero de ello fue Kenia en 2004, en Canadá y Australia se dio a conocer la eliminación fiscal de los productos de higiene menstrual en el año 2015, para el año 2016 en Estados Unidos nueve estados no cobraban este impuesto, para México se espera que se haga válido en el 2022 sin ninguna traba.
Es importante mencionar que en la cámara de diputados el 23.2% son mujeres y en el senado el 18.8%, siendo un mínimo de votos, sin embargo, muchos partidos se han mostrado a favor de dicha reforma, si es aprobada se estará hablando de una sociedad y gobierno inclusivo que marcha en paso lento pero seguro ante la desigualdad de género, siendo una batalla ganada del movimiento feminista del país.