Se habla de dominación a la circunstancia mediante la cual un grupo ejerce un rol de hegemonía con respecto a otro. Este tipo de circunstancia puede deberse a diversas causales, por lo que el término puede referirse a un amplio número de situaciones. Desde el punto de vista político, suele aludir a una circunstancia en donde un grupo determinado tiene una mayoría en los distintos estamentos del estado; en el caso de una democracia, este estado de cosas se logra debido a una mayoría lograda en elecciones.
Desde la antigüedad existen situaciones en donde una determinada nación tiene una preponderancia sobre otra. Así, en estos casos la dominancia se realizaba mediante la guerra, en donde el bando vencido pasaba a pagar un tributo al bando vencedor. En estas circunstancias era común la esclavitud, por lo que aquellos que resultaban vencidos muchas veces pasaban a formar parte de la legión de trabajadores que debían sostener con su trabajo a los vencedores. Este tipo de organización ocupó un período concreto de la historia, pero fue una muestra cabal de lo que un proceso de dominación representa. El caso de Roma fue emblemático porque sometió mediante la guerra a un número importante de pueblos vecinos y los obligaba a pagar un tributo como consecuencia de esta circunstancia. Así, el proceso tenía como finalidad una expropiación económica.
Con el advenimiento del feudalismo se dio una nueva forma de proceso de dominación. En este caso, la preponderancia de un grupo sobre otro no significó el avasallamiento de libertades, en tanto y en cuanto estaba sustentado en elecciones voluntarias. Así, este tipo de organización social se sostenía en el papel de un señor que era dueño de una serie de tierras, y de un siervo que debía cultivarlas y entregarle parte de lo producido. Este tipo de régimen pudo sostenerse debido a la dificultad de mantener un poder central, circunstancia que favorecía a autoridades locales. Fue una forma de producción, no obstante, que puede graficar una situación de dominación mucho más sutil y solapada.
En la actualidad, puede darse una circunstancia parecida a la antedicha, con algunos grupos sosteniendo una hegemonía sobre otros de modo subrepticio. No obstante, la enorme complejidad que ha alcanzado la sociedad presente hace difícil dar cuenta de sus procesos con rigor. Lo que sí parece evidente es que esta dominación tiene como fundamento a grupos económicos que solo velan por sus intereses y que tienen a tener una preponderancia en la economía.