La definición más común de este término es como sinónimo de tenue, fino, delicado. Sin embargo, cuando se aplica a una persona entonces lo que se hace es alabar su agudeza e ingenio a la hora de percibir los pequeños detalles de las cosas.
Por otra parte, lo sutil puede ser también algo que si bien aparentemente tiene poca intensidad acaba por ser muy penetrante. Esta acepción suele servir para adjetivar ciertos perfumes o la belleza de una persona.
El lenguaje sutil es aquel en el que abundan las dobles intenciones, pretendiendo decir algo de forma que el interlocutor no termine por percatarse de ello
Entre los directivos, la sutileza es una cualidad muy apreciada, ya que es un excelente atributo a la hora de generar un ambiente de trabajo agradable o ser capaces de llevar a buen puerto una negociación. Eso sí, el ser sutil no imposibilita el poder mostrarse firme a la hora de tener que defender una postura, sino que la defensa de ésta se hace desde la habilidad, intentado convencer al resto sin que haya que imponer nada por la fuerza.
En el deporte de más alto nivel la sutileza puede ser de gran importancia, permitiendo realizar ciertos movimientos que sirven para confundir al rival y engañarlo. Los reflejos de un piloto o la capacidad para mantener el control de la pelota de un futbolista sin que ello les parezca suponer un esfuerzo excesivo también pueden ser un buen ejemplo de sutileza.
Personas sutiles
Las personas sutiles suelen gozar de una gran inteligencia emocional, lo que las dota de facilidad en el trato, sabiendo cómo actuar de la forma adecuada en cada momento.
Son personas que cuando han de expresar sus pensamientos lo hacen sin que resulten ofensivos para los demás, lo que incide directamente en poder lograr sus objetivos sin que ello les suponga tener que entrar obligatoriamente en un conflicto.
La sutileza es también una muestra de ingenio, las personas que disfrutan de esta cualidad tienen también la ventaja de comprender con mayor claridad el sentido oculto de las cosas, lo que les lleva a entender mejor a los demás al detectar antes que nadie su estado de ánimo o cambios de humor.
Ser sutil es por tanto una magnífica cualidad, pero por desgracia no siempre es eficaz, ya que en ocasiones puede no ser comprendida. Y es que para las personas sutiles, a veces es necesario saber cuándo han de ser más directos y decir o hacer las cosas con mayor contundencia, ya que personas que no comparten dicha cualidad pueden no entender determinados matices.