Una disolución es una mezcla homogénea de varias sustancias. Este fenómeno está presente en muchos de los procesos vitales que nos rodean (en organismos simples o complejos).
Las disoluciones permiten que sean posibles las interacciones químicas de la naturaleza. En una actividad tan cotidiana como cocinar alimentos, estamos realizando una acción de disolución. Lo mismo sucede en un laboratorio, donde se combinan las distintas sustancias químicas con el fin de crear una nueva sustancia.
Las sustancias que forman una disolución nunca se sedimentan, ya que se trata de un mezcla de tipo homogéneo.
La disolución de sólidos en líquidos es esencial para los procesos vitales (como ejemplo, podríamos mencionar la sal disuelta en agua). En el caso de la sangre, está compuesta mayoritariamente por agua y en menor medida por una serie de sustancias sólidas (los nutrientes que alimentan las células). Las disoluciones de sólidos en líquidos son las más comunes, pero existen otras diferentes. Por una parte, las disoluciones homogéneas de gases en líquidos (por ejemplo, es el caso del dióxido de carbono disuelto en agua, que proporciona a los refrescos su efervescencia). Por otra parte, si nos referimos a las aleaciones, existen como disoluciones de líquidos en líquidos (el acero, por ejemplo, se forma por la mezcla de varios metales fundidos).
El concepto de disolución también se utiliza en otro sentido y al margen de los procesos naturales o químicos. Cuando una entidad u organización desaparece se dice que ha sido disuelta, lo cual significa que ya no existe como tal.
En la historia reciente se ha dado una circunstancia en la que ha habido una disolución de una nación, la Unión Soviética. Tras más de 70 años, el régimen político comunista que regía esta nación dejó de existir en 1991. A principios del siglo XX se dio otro caso, la disolución de la Gran Colombia. Desde un punto de vista político, la disolución de una nación implica que su estructura estatal y administrativa se desintegra parcial o totalmente. Se trata de algo poco frecuente en el ámbito político, pero muy habitual en el orden empresarial o social, donde todo tipo de entidades dejan de funcionar, normalmente por razones económicas o por cambios coyunturales que provocan su extinción.
Por último, hay que indicar que ciertos vínculos personales se invalidan y existe una disolución de los mismos (la disolución de un matrimonio sería un ejemplo de esta circunstancia).