Un disco es un objeto de apariencia circular debido a su escaso espesor. En el uso cotidiano existen numerosos objetos de estas características, cada uno de los cuales se orienta a un uso particular. Los discos más reconocidos son aquellos que se utilizan para almacenar información de algún tipo. En el pasado estaban ligados al ámbito del sonido, pero con el paso del tiempo y la evolución tecnológica incorporaron otras características que los hicieron pasibles de poder almacenar cualquier tipo de información; tal proceso se llevó a cabo de la mano del desarrollo de las ciencias de la información y tuvo un gran impacto en la productividad.
Un primer ejemplo de disco harto famoso es el que se utilizaba para la reproducción de música. Estos ejemplares estaban construidos prioritariamente de vinilo, aunque existieron otros tipos de materiales para su manufactura. Los discos de vinilo requerían de un tocadiscos para su reproducción, un aparato con un brazo y una púa en su extremo que recorría los surcos que en el disco existían. Los tocadiscos fueron un instrumento valioso en el pasado, pero con el desarrollo de nuevas tecnologías para la reproducción de música, quedaron finalmente obsoletos.
Uno de los elementos que vino a reemplazar al disco de vinilo es el denominado disco compacto, luego de la aparición del casete. Dicho objeto significó un gran avance en lo que respecta a tecnología. En efecto, el disco compacto ya no requería de medios análogos para su reproducción; la misma se ejercía a partir de una lectura óptica y digital. El disco compacto no tardó en ser adaptado para otro tipo de aplicaciones, en particular las relacionadas con la informática. Así, supo ser por un tiempo relativamente extenso un exitoso medio de almacenamiento en el que era posible depositar distinto tipo de contenido que se respaldaba de otro artefacto que compartía el nombre de disco: el disco duro.
En el caso del disco duro, en realidad el mismo es un artefacto que integra diversos discos y la posibilidad de que los mismos sean leídos por un cabezal. Este artefacto todavía tiene un uso extendido, alcanzando con el paso del tiempo mayores capacidades. En efecto, en sus inicios, el mismo era considerablemente acotado en sus capacidades de almacenamiento, como asimismo en su velocidad. La innovación hizo posible que alcanzara una gran mejora en lo que respecta en tamaño y fuese incorporado en cualquier computadora personal, situación a la que sin duda también colaboró su bajo precio.