No se puede hablar de un único significado de la palabra depósito, ya que son varios los contextos y situaciones en los que aparece. Se puede tratar de un lugar destinado al almacenamiento de un producto o sustancia (depósito de agua, por ejemplo). En el caso de los automóviles hablaríamos del depósito de gasolina y cuando alguien se dirige a una gasolinera para abastecerse de combustible se utiliza la expresión «llenar el depósito». Siguiendo en la misma línea, algunos lugares tienen la función de custodiar algo de manera temporal (el depósito de cadáveres o los de carácter municipal).
Sin embargo, no siempre la custodia es de tipo provisional, ya que en ciertas actividades el almacenamiento puede ser muy duradero o prácticamente permanente (los depósito de las bibliotecas o de los museos). En el caso del Museo de Prado, son célebres sus depósitos de obras de arte, donde históricamente ha habido robos, saqueos y apariciones insospechadas de gran valor artístico.
Como lugar orientado al almacenamiento, los primeros depósitos de los que se tiene constancia están relacionados con las antiguas civilizaciones, cuando la actividad agrícola generaba excedentes de producción y se hacia necesario construir habitáculos para su preservación (los depósitos de grano garantizaban la subsistencia de una comunidad).
En el ámbito de la actividad bancaria existen varias modalidades destinadas a la gestión del dinero, los depósitos bancarios (por ejemplo, un depósito a plazo fijo), siendo los depositantes las personas titulares del dinero correspondiente a cada tipo de depósito. Cada uno de estas formas de gestionar el dinero tiene sus propias características en función de la cantidad de dinero, el tiempo durante el cual es gestionado por el banco y la finalidad del mismo (las entidades bancarias ofrecen un abanico de depósitos para adaptarse a los distintos perfiles de clientes).
En algunas circunstancias tenemos la necesidad de dejar un bien o una cantidad de dinero de manera provisional, a modo de señal para realizar una operación posterior. En estas situaciones se dice que algo se deja en depósito y normalmente el bien o el dinero utilizado sirve como garantía de pago.
En el mundo del derecho existen contratos de distinta naturaleza. Uno de ellos es el contrato de depósito, que consiste en que alguien cede algo a otra persona de manera temporal para que durante un tiempo sea custodiado y, tras finalizar el tiempo pactado en el contrato, aquello que se custodia debe regresar a su legítimo dueño. La legislación de cada país establece de qué manera deben realizarse estos contratos y cuáles son las responsabilidades de cada una de las partes implicadas.