Las depresiones geográficas son zonas o territorios que se caracterizan por ostentar un relieve de menor altitud al inmediatamente circundante. El hecho es mucho más evidente cuando la depresión incluso va a un nivel inferior al nivel del mar. Las depresiones llaman la atención como consecuencia de este contraste, circunstancia que hace que en ocasiones se transformen en objeto de interés turístico, generando una actividad comercial. Pueden originarse por múltiples causas y en ocasiones pueden significar la presencia de diversos fenómenos que todavía están latentes en el interior de la tierra, fenómenos que son motivo de estudio. Las depresiones geográficas en este sentido pueden ser un indicio que dé lugar a interpretaciones de diversa índole en lo que respecta a los fenómenos naturales que les dieron origen.
Una depresión geográfica puede formarse por la existencia de un movimiento de placas tectónicas subyacente, por ejemplo. En los mismos existe una amplia actividad capaz de cambiar significativamente el terreno a lo largo de extensos períodos de tiempo. Esta circunstancia se debe a que la corteza terrestre se divide en grandes placas que flotan en un mar de magma y que están continuamente separándose en algunos lugares y asimismo están chocando en otros. Cuando estos cambios tienen efecto en una plataforma continental, existe una clara afectación del terreno, afectación que puede dar lugar a montañas o a depresiones.
No obstante, también pueden estar actuando otros elementos para que fenómenos de este tipo tengan lugar. En efecto, muchas veces es la erosión la que da lugar a una situación como la descrita, o al menos contribuye a acentuarla. Un ejemplo de una situación equivalente puede encontrarse gracias al accionar de los glaciares. Los mismos, como es sabido, son una suerte de rio de hielo que avanza lenta pero firmemente a lo largo de territorios por lo general elevados. En el proceso erosivo que genera, los glaciares pueden dejar distintas depresiones de tipo geográficas.
Para finalizar, cabe mencionar que en ocasiones situaciones como las descritas pueden tener su origen en el hecho de que exigió un proceso en el que la tierra cedió por la existencia de algún tipo de fenómeno subterráneo que tiene que ver con la existencia de un depósito de agua. En estos casos, la depresión geográfica es una situación que puede entenderse como excepcional, sin que exista por su generación motivos para considerar que existen fenómenos permanentes de tipo geográfico que también afectarán los terrenos circundantes.