La democracia representativa es una forma de gobierno en la cual el pueblo tiene el poder político pero de forma indirecta, ya que lo ejerce a través de unos representantes elegidos democráticamente mediante elecciones libres. Es por ello que también se la conoce como democracia indirecta.
Por lo general, la elección de los representantes del pueblo se realiza mediante la votación a organizaciones que defienden determinados idearios y modelos políticos. Estas organizaciones son los partidos.
Los partidos, sin embargo, tienen sus propios mecanismos organizativos internos, lo que significa que cuando el pueblo vota por un partido no lo hace por unos representantes concretos, sino por un programa que el partido defiende.
La organización interna de los partidos es la que determina el orden de los representantes en las listas, y por tanto, el mayor o menos apoyo que cada partido recibe en las urnas es lo que determina finalmente qué miembros se convertirán en representantes del pueblo.
Ventajas y desventajas de la democracia representativa
La democracia representativa, como cualquier otra forma de gobierno, tiene sus pros y sus contras. Entre sus ventajas cabe destacarse el que la toma de decisiones es mucho más sencilla que en el caso de la democracia directa, puesto que sólo cuenta la opinión de unos pocos expertos y no de los millones de personas que componen un país.
Por otra parte, aunque en la democracia representativa el poder está en manos del pueblo, éste delega su ejercicio a los ciudadanos más preparados y con más experiencia a la hora de tomar decisiones. Y además, al no ejercerse el poder de forma personal, los objetivos que se buscan satisfacer son siempre en pos del beneficio común.
Pero la democracia representativa tiene también una serie de desventajas, como por ejemplo, el hecho de que al estar el poder en manos de unos pocos , resulte más fácil manipularlo buscando satisfacer determinados intereses. Los casos de corrupción suelen hacer aparición en mayor medida en este tipo de sistemas representativos, ya que en ocasiones muchos políticos anteponen intereses de grupos económicos poderosos frente al bien común, llegando incluso a perjudicar al pueblo que, en teoría, debe defender.
El hecho de que sólo unos pocos, los representantes políticos, tengan que adoptar todas las decisiones de un gran grupo, el pueblo, provoca que en muchos casos se acabe perdiendo perspectiva y contacto con la realidad, ya que les resulta imposible conocer al detalle todos los problemas existentes.