La degustación es el proceso de hacer uso del gusto en lo que respecta a algún alimento o bebida. Se relaciona con receptores ubicados en la lengua que se denominan papilas gustativas. Mediante los mismos es posible tomar nota de una amplia variedad de sabores, ya sean agradables o desagradables. No obstante, en un sentido más estricto, la degustación remite a una actividad profesional que se relaciona con el hecho de establecer la calidad de los alimentos y las bebidas. Un ejemplo típico al respecto puede ser el catado de vinos, degustación que tiene como fin dar cuenta de los distintos sabores que los mismos tienen y sus posibles causas.
La lengua tiene la capacidad de reconocer distintos sabores, pero esta capacidad se complementa con la del olfato. En algunos casos, los gustos pueden generar una sensación de rechazo inmediato, sin que intervenga al respecto la voluntad humana; esto sucede especialmente en aquellos que son excesivamente ácidos, circunstancia que podría significar algún tipo de químico nocivo para el organismo. Como vemos, el cuerpo es una obra de perfección increíble, estas respuestas tiene como principal finalidad protegerse. Por el contrario, aquellos sabores que generan placer y atracción por lo general tienen nutrientes que aportar al cuerpo.
En el caso de una degustación con fines profesionales, existe toda una serie de procedimientos que deben respetarse para que la misma sea fecunda. Por ejemplo, en el caso del vino, el mismo debe beberse en un tipo de copa que garantice que exista una mejor captación del gusto. El vino deberá olerse primero, para luego sorberse en una pequeña cantidad. Se suele dejar al mismo en la boca, percibiendo su gusto y tratando de notar cuanto tiempo dura en el paladar. Finalmente se debe tragar y tratar de notar la experiencia que este proceso trae acarreada, como asimismo su duración.
En algunos casos, la degustación también puede hacerse con fines de promoción de un producto o para realizar un estudio de mercado. En el primer caso, se hace probar el alimento o la bebida a distintos potenciales consumidores para que tengan conocimiento del mismo y su gusto; esta circunstancia tiene lugar una vez que este alimento o bebida ya salió a la venta. En el segundo caso, se trata de saber si la bebida o el alimento tendrán aceptación por parte de la gente. Así, se hace probar a un conjunto de individuos estos productos y se los hace llenar encuestas, de forma tal que pueda tenerse una noción de las reacciones que se provocan.