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Definición de Páncreas funciones, y estructura

Tatiana Bengochea
Lic. en Ciencias Biológicas

El páncreas es una glándula que secreta sustancias hacia el torrente sanguíneo (glándula endocrina) y también hacia la luz del sistema digestivo (glándula exocrina). Por esta razón, se trata de un órgano que participa tanto en el sistema digestivo como en el sistema endocrino del organismo.

Funciones del páncreas

La función exocrina del páncreas consiste en la producción y secreción de jugo pancreático, sustancia compuesta por agua, iones, y una gran cantidad de enzimas digestivas con la capacidad de degradar las grasas, proteínas y carbohidratos que se ingieren a través de la alimentación. Entre ellas, podemos mencionar:

– La amilasa pancreática: Degrada al almidón.
– El tripsinógeno: Al ingresar al intestino delgado se convierte en su forma activa, la trapsina, y degrada proteínas.
– Lipasas: Grupo de enzimas con la capacidad de degradar grasas.
– Enzimas nucleolíticas: Digieren los ácidos nucleicos.

El jugo pancreático es vertido en el intestino delgado a la altura del duodeno. Las enzimas que contiene se activan allí y actúan sobre el quimo (combinación entre el bolo alimenticio y el jugo gástrico) que sale desde el estómago, contribuyendo a su digestión.

Por otra parte, la función endocrina del páncreas consiste en la producción de hormonas que actúan sobre la regulación de los niveles de glucosa en la sangre: la insulina, el glucagón y la somatostatina (ver más adelante ‘’el páncreas endocrino’’), y también sobre la actividad del páncreas exocrino.

Estructura del páncreas

El páncreas tiene un peso aproximado de 60 gramos en una persona adulta, y una longitud de entre 12 y 15 centímetros. Su forma es irregular, y se puede distinguir una cabeza de mayor tamaño, un cuerpo en la región central y una cola. Alrededor del páncreas se encuentra una cápsula formada por tejido conjuntivo que se invagina formando tabiques dentro del órgano.

La porción exocrina se encuentra en toda la extensión del páncreas y presenta una estructura formada por lobulillos. Desde estos, una gran cantidad de conductos se van uniendo hasta formar un conducto común (el conducto pancreático) que conecta al páncreas con el intestino delgado. A través de él se vierten las enzimas digestivas en el tubo digestivo, como se mencionó en el apartado anterior.

Por otra parte, la porción endocrina del páncreas se intercala con la anterior de forma dispersa, y se compone de agrupaciones de células denominadas islotes de Langerhans. Éstos son más abundantes en la cola del páncreas y constituyen entre el 1 y el 2 % del volumen total del órgano. Las células que constituyen el páncreas endocrino pueden subdividirse en tres tipos:

– Las células alfa: Se ubican, en general, en la parte periférica de los islotes de Langerhans. Son las encargadas de secretar glucagón y constituyen alrededor del 15 al 20 % del total del tejido endocrino del páncreas.

– Las células beta: Por lo general se ubican en la zona central de los islotes, y forman casi el 70% del total del componente endocrino. Secretan insulina.

– Las células delta: Forman entre el 5 y 10 % de las células endocrinas del páncreas, y son las encargadas de sintetizar somatostatina.

El páncreas endocrino

Como se mencionó, la porción endocrina del páncreas sintetiza y secreta insulina y glucagón hacia el torrente sanguíneo. La regulación de la síntesis y secreción de estas hormonas depende de la concentración de glucosa en sangre, dada por la ingesta de alimentos ricos en azúcares y por la acción de estas mismas hormonas a través de un mecanismo de retroalimentación negativa.

Así, el aumento de la concentración de glucosa en la sangre, producido por una ingesta de alimentos ricos en azúcares, estimula al páncreas para que sintetice insulina. La insulina favorece el ingreso de las moléculas de glucosa a las células, especialmente las hepáticas, donde son almacenadas en forma de glucógeno (que actúa como reserva energética del organismo). De esta manera, se reduce la concentración de glucosa en la sangre, y esto actúa sobre el páncreas inhibiendo la producción de insulina, que vuelve a sus niveles iniciales.

Por el contrario, el glucagón es producido en períodos de ayuno, cuando la concentración de glucosa en la sangre es baja. Esta hormona estimula la degradación del glucógeno hepático para dar lugar a las moléculas de glucosa que lo conforman, quedando éstas disponibles en el torrente sanguíneo para ser metabolizadas por las demás células del organismo y producir energía en forma de moléculas de ATP.

El correcto equilibrio entre estas dos hormonas permite que los niveles de azúcar en la sangre se mantengan estables dentro de ciertos parámetros (alrededor de 80 miligramos cada 100 mililitros de sangre) independientemente de la ingesta o no de azúcar en un momento dado.


Autora

Escrito por Tatiana Bengochea para la Edición #114 de Enciclopedia Asigna, en 08/2022. Tatiana es Lic. en Ciencias Biológicas y Prof. en Biología. Graduada en la UBA, Arg.