Las obras de Platón y Aristóteles son una de las primeras reflexiones sobre la realidad política. Ambos pensadores sabían que había diferentes formas de gobierno, cada una con sus ventajas e inconvenientes. Platón no creía en la democracia, pues consideraba que era una fuente de corrupción y proponía un modelo de control estatal en el que los gobernantes fueran filósofos ( sus principales tesis se conocen a través de su obra » La República» ).
La ciencia política analiza la dimensión teórica de la política: los principios y los valores de una ideología, la evolución histórica de las ideas o el debate intelectual entre las distintas doctrinas. Al mismo tiempo, la ciencia política estudia la realidad de la actividad política, la praxis. Un claro ejemplo es la célebre obra de Maquiavelo, El Príncipe, donde se analizan ejemplos concretos del comportamiento de los líderes políticos y el complejo entramado de relaciones e intereses.
La historia de la política como ciencia tiene algunos momentos claves que vale la pena recordar: la idea de la ciudad de Dios de San Agustín, la división de poderes de Montesquieu, el Contrato Social de Rousseau o el Manifiesto Comunista de Marx. Estas propuestas teóricas tuvieron una influencia notable y se trasladaron a la práctica con mayor o menor acierto. Probablemente el caso del Manifiesto Comunista sea el más llamativo. Marx lo escribió para hacer una especie de programa electoral para los comunistas de su época y sus propuestas concretas se llevaron a la práctica 70 años después tras la Revolución Rusa de 1917.
La ciencia política como disciplina académica que forma parte de las ciencias sociales empezó a desarrollarse en el siglo XlX en algunas universidades de Estados Unidos.
Como estudio que analiza el comportamiento político, esta ciencia presenta una gran diversidad de enfoques posibles. Hay ramas que se ocupan de comprender las relaciones internacionales. Otros planteamientos estudian el papel del Estado, su estructura y los principios que deben guiar su actuación. También es posible analizar las distintas formas de gobierno o la idea de soberanía popular, legitimidad, democracia y un largo etcétera de posibilidades.
Algunos teóricos de la Ciencia Política consideran que este conocimiento necesita de una teoría general que pueda integrar los distintos modelos explicativos, tal y como sucede con otras ciencias.
Uno de los debates académicos sobre esta disciplina es la distinción entre Filosofía Política y Ciencia Política. Para algunos son términos sinónimos y para otros hay una diferencia sustancial: la Filosofía reflexiona sobre un marco teórico y la Política analiza unos hechos, una realidad concreta.