El concepto de catarsis procede de la filosofía griega. Autores tan célebres como Aristóteles hablaron sobre esta cuestión. La catarsis remite a la liberación de las pasiones, es decir, a la expresión de los sentimientos internos que produce una sensación de liberación plena y de pureza. Una catarsis remite también a un hecho que marca un punto de inflexión en la vida de una persona. Una catarsis hace referencia a un hecho que marca de una forma profunda a la persona que siente una serie de emociones y sentimientos a partir de ese suceso que genera una cadena de reacciones en el mundo emocional. En ese caso, la verdadera catarsis se produce cuando la persona logra liberar todas esas emociones a nivel interior.
La catarsis está vinculada con el efecto que produce una tragedia. De esta forma, el ser humano también puede experimentar una catarsis a través del arte. Por ejemplo, cuando observa una película que desata en él una tormenta emocional como consecuencia de la empatía que siente el espectador a partir del argumento de la historia. El espectador proyecta sus sentimientos y emociones en los protagonistas principales de la película, de esa forma, consigue sacar fuera de sí mismo su mundo interior.
A través de este proceso, el ser humano se siente mejor consigo mismo, se libera de todo aquello que le hace daño a nivel interno y recarga su energía emocional gracias a la expresión interior que surge de la libertad.
Una catarsis es una descarga emocional que surge a partir de la compasión y el miedo. Dos emociones que tienen un efecto inmediato. Los filósofos griegos consideraron que el alma humana se purifica a partir de estas pasiones: la compasión y el miedo que mueven el espíritu generando un remolino de sensaciones.
Aunque la catarsis conecta con el miedo y la compasión conviene puntualizar que el proceso de purificación de las pasiones también puede partir de la risa por su alto poder liberador a nivel terapéutico: una persona que se ha reído de verdad durante un rato se siente muy bien consigo misma al punto de que ha logrado alejar durante un tiempo todas las preocupaciones, los miedos del futuro, las ansiedades y cualquier tipo de inquietud interior gracias al bienestar que surge de forma directa de una buena carcajada. La catarsis tiene un alto valor antropológico y también, terapéutico.