Una ayuda es una acción de colaboración con respecto a una situación de necesidad. Así, una persona, un colectivo o una entidad ofrecen o reciben algo que puede ser de utilidad.
Este tipo de acción obedece normalmente a un sentimiento altruista y de generosidad, aunque también puede estar motivada por el egoísmo, ya que la persona que auxilia a otra espera algo a cambio. No siempre está claro cuándo se trata de altruismo o egoísmo. En cualquier caso, es un comportamiento de carácter humanitario, muy común entre los amigos o en contextos de sufrimiento ajeno.
Hay instituciones cuya función específica consiste en ayudar (entidades religiosas, fundaciones u organizaciones filantrópicas). En circunstancias normales, se realiza de manera desinteresada, por un sentimiento de compasión o empatía hacia la persona que se encuentra ante un problema o una dificultad.
Para algunos, la ayuda a los demás obedece a un principio moral universal (la hospitalidad sería una forma específica de ayuda y la mayoría de culturas la practican como una obligación y como una expresión de respeto). Desde una perspectiva cristiana, sucede algo similar, ya que existen preceptos que obligan a socorrer al necesitado (dar de comer al hambriento y de beber al sediento es una de las obras de misericordia).
Colaboración y movimientos humanitarios
Ante situaciones de catástrofe natural o de guerra, es frecuente que se activen campañas internacionales para atender las necesidades de la población afectada.
Los organismos internacionales son los que activan estas acciones y para ello se hace un llamamiento a escala mundial, en el cual se especifican las necesidades básicas que se deben cubrir (agua, alimento, medicinas, equipos sanitarios y de rescate, etc).
Las ayudas que se reciben son gestionadas por unas entidades especializadas, las ONGs. Se encuentran en la mayoría de países y cada una de ellas está especializada en alguna modalidad de ayuda. En muchas ocasiones su origen histórico está relacionado con la guerra (la Cruz Roja surgió por las consecuencias tras la Batalla de Solferino en 1859).
La ayuda humanitaria es una forma de colaboración que, en el fondo, tiene un claro mensaje: hay que auxiliar a los necesitados porque algún día nosotros podríamos encontrarnos en una situación parecida y necesitaremos ser ayudados. En consecuencia, este tipo de campañas tiene las dos caras ya mencionadas, la generosidad y el altruismo desinteresado y muy probablemente un cierto «egoísmo» como mecanismo de prevención (te ayudo con la esperanza de que tú me ayudes si algún día lo necesito).