El ser humano construye edificaciones con varias finalidades: para vivir en ellas, con un propósito artístico, para un uso militar o civil. Las distintas modalidades de edificación son la expresión de la arquitectura. El diseño de un edificio tiene una dimensión práctica, pero al mismo tiempo es un arte. De hecho, la arquitectura es una de las siete bellas artes. A lo largo de la historia, el ser humano ha construido edificaciones en función de sus necesidades, pero también en relación con sus conocimientos técnicos y su contexto social.
Cuando el hombre se convierte en un ser sedentario, se afianza en un territorio creando una comunidad. A partir de ese momento empieza la historia de la arquitectura. Inicialmente las construcciones son de tipo megalítico, es decir, grandes piedras cuya función se cree que eran de tipo simbólico. La historia de la arquitectura se puede entender analizando los distintos estilos creativos. En las antiguas civilizaciones se construyeron las primeras ciudades, las cuales se amurallaban para protegerlas de posibles invasiones. Cuando se consolidaron las religiones monoteístas, se construyeron edificios religiosos (iglesias, sinagogas, templos, mezquitas o monasterios).
Los griegos y los romanos fueron los grandes impulsores de la arquitectura civil, destinada a cubrir las necesidades de poblaciones más numerosas. En este sentido, la arquitectura está estrechamente relacionada con el urbanismo y es al iniciarse la Edad Media cuando la idea de ciudad adquiere una nueva dimensión. Una urbe medieval incorpora una arquitectura religiosa, militar, civil y, paralelamente, se desarrollan toda una serie de infraestructuras para impulsar el comercio. Con posterioridad, cada periodo ha creado su propio estilo arquitectónico (románico, gótico, renacimiento, barroco, neoclasicismo, etc).
Al margen de la dimensión artística de la arquitectura, esta disciplina se ha centrado en la construcción de nuestras viviendas. Han existido tipos de vivienda muy diversos: cabañas, chozas, ranchos, tipis, apartamentos, estudios, casas rurales y un largo etcétera. Cada modalidad de hogar obedece a unas circunstancias regionales, culturales y, sobre todo, climáticas.
Otra de las perspectivas posibles de la arquitectura es la relacionada con los materiales empleados. El arquitecto busca el material adecuado para conseguir una resistencia en sus construcciones, pero también una plasticidad y una belleza. Por este motivo, se dice que hay dos ideas fundamentales en la mente de un arquitecto: lo funcional de la construcción y la parte ornamental.