Se denomina ordenador a un dispositivo capaz de procesar información que se le ingresa y luego devolverla al usuario de forma tal que esta le sea útil. Los ordenadores existen desde mediados del siglo XX, pero, a pesar de mantener una arquitectura parecida, han variado sustancialmente en muchas de sus características. Así, la capacidad de procesamiento que han adquirido con el paso del tiempo se ha visto enormemente potenciada. Otra de las características a considerar para dar cuenta de la evolución que experimentaron es la disminución de su tamaño. En efecto, en el pasado estas podían ocupar habitaciones enteras, siendo sus piezas de peso y tamaño considerable; si observamos que en la actualidad un pequeño ordenador ocupa un espacio diminuto y tiene miles de veces más capacidad de procesamiento, es evidente el enorme desarrollo que la tecnología ha tenido al respecto.
No obstante, la arquitectura básica de lo que es un ordenador se ha mantenido invariable a lo largo del tiempo. Con esto se intenta significar que formalmente sus partes básicas están presentes tanto en los primeros ordenadores como los actuales. Así, siempre estuvo presente una unidad central de proceso, una memoria y distintos medios de comunicación con el exterior. La memoria funciona como el campo de trabajo que utiliza el procesador: toma información de esta, la procesa y vuelve a dejar allí. Por otra parte, el ordenador necesita comunicarse con el usuario y lo hace mediante distintos elementos que se denominan periféricos (por poseer menor importancia). Con los periféricos de entrada el usuario puede incorporar datos al ordenador, mientras que con los periféricos de salida recibe la información que entrega el ordenador luego de haber sufrido un proceso de elaboración.
Un ordenador se ha convertido en una parte central de nuestras vidas. En un comienzo solo podían servir para gente especializada que tenían conocimientos de programación y podían hacer buen uso de este. No obstante, con el paso del tiempo su uso se ha extendido a casi la totalidad de la población que la usa para las más diversas tareas. Así, su uso se extiende desde el ocio hasta procesamiento de información harto sensible en el ámbito corporativo. Con la expansión de la red, en los últimos tiempos, su uso se ha profundizado aún más, dando lugar a nuevos horizontes. En efecto, si en la actualidad el escenario más difundido es la presencia de un ordenador físico para la ejecución de actividades, en el futuro también se extenderá la posibilidad de que estas tareas se ejecuten en ordenadores virtuales alojados en la red.