Se denomina alimentos a todo tipo de sustancia que tiene carácter nutricional para un organismo determinado. Todos los seres vivos requieren de alimento para mantenerse con vida, pero estos difieren en la forma en que lo consiguen. En efecto, los seres vivos se pueden clasificar por la forma en que ocupan en la cadena alimentaria. Así, tendremos a organismos autótrofos, que son capaces de producir su propio alimento, mientras que por otro lado tendremos consumidores, ya sea de primer o segundo orden. Desde el punto de vista de la actividad humana, los alimentos son producidos de modo cada vez más eficiente, circunstancia que posibilita que cubran en buena medida las necesidades de la población mundial, por supuesto, salvando regiones específicas; este tipo de circunstancia es de enorme relevancia, considerando la suposición que antaño se hacia de que el crecimiento de la población haría que esto fuese imposible.
En la cadena alimentaria, los vegetales son los encargados de, a través de la energía que les proporciona el sol, realizar una serie de procesos químicos que les garantizan la generación de os nutrientes que necesita para mantenerse con vida, circunstancia que también contribuye a la generación de oxígeno diatómico. Los herbívoros se alimentarán de los vegetales para proporcionarse energía y los carnívoros lo harán de estos últimos. Como vemos, existe un orden determinado en la forma en que los seres vivos se alimentan, por lo que afectar en un ecosistema determinado a uno de estos eslabones puede tener consecuencias negativas para el resto de los seres vivos.
En el caso de los seres humanos, estos se caracterizan por su condición omnívora, esto es, por el hecho de poder alimentarse tanto por alimentos provenientes del reino animal como del reino vegetal. En este caso, el hombre modifica muchas condiciones de la naturaleza a efectos de poder producir con suficiencia una gran variedad de productos alimentarios y una gran cantidad de estos. Este tipo de circunstancia se va mejorando con el tiempo, gracias a distintos avances técnicos que garantizan un aumento de la productividad. En un momento determinado, algunos pensadores esbozaron la teoría de que el crecimiento exponencial de la población haría imposible todo tipo de posibilidad de cubrir las necesidades alimentarias de toda la población; hoy esas consideraciones han mostrado sus falencias. En efecto, cuando las necesidades de alimentos aumentan, su precio también, y este tipo de circunstancia hace que se redoblen los esfuerzos por producirlos a efectos de obtener más rentabilidad; así, se desarrollan nuevas herramientas técnicas, y cuando la oferta logra aumentar, el precio vuelve a bajar.