La actividad laboral es esencial para un proyecto de vida normalizado. Como norma general, todos los individuos tienen que trabajar para subsistir.
El trabajo que alguien tiene proyectado realizar durante su etapa de formación depende de muchos factores, siendo uno de los más importantes la vocación profesional. Consiste en intentar tener una actividad profesional en relación con las inclinaciones personales.
La mayoría de jóvenes se encuentran con un dilema a lo largo de su etapa escolar y se preguntan cuál va a ser su profesión en un futuro. Ante este dilema, es preciso analizar toda una serie de elementos: la capacidad personal, las actividades laborales más demandadas por la sociedad o la situación del mercado de trabajo. Y un elemento de gran relevancia es determinar cuál es la vocación profesional, es decir, aquello que nos resulta estimulante y tiene un ingrediente apasionante por algún motivo.
La cuestión pasional y emocional es el elemento central de la vocación profesional. Aquello que verdaderamente nos ilusiona puede ser poco rentable desde un punto de vista económico o incluso con una escasa valoración social. Sin embargo, la vocación profesional sincera es aquella que uno siente profundamente y está convencido sobre esta inclinación a la hora de ejercer una profesión.
No siempre se despierta una vocación profesional. De hecho, hay personas que no le dan demasiada importancia al trabajo, pues consideran que se trata de un medio para obtener un dinero y cubrir unas necesidades. Por el contrario, hay otros individuos que sí reciben una «llamada interior» con respecto a su futuro profesional.
Se considera que lo deseable sería que la gran mayoría pudiera ejercer una profesión en consonancia con su auténtica vocación. Esta sería la circunstancia ideal y perfecta, pero son pocos los individuos que consiguen trabajar en una actividad que les resulta apasionante.
La idea de vocación profesional suele estar vinculada con personas que se presentan como modelos a seguir (es bastante común que un profesor sea quien inculque a un alumno la pasión por una materia determinada). El ambiente familiar es otra circunstancia que interviene a la hora de tomar una decisión sobre la vocación profesional (en algunas familias el amor por un trabajo se respira en la atmósfera cotidiana). Hay casos donde la vocación tiene un componente espiritual profundo (por ejemplo, entre los misioneros que trabajan con los más desfavorecidos).
Tener una vocación significa, en definitiva, que estamos decididos a emprender un camino laboral porque valoramos nuestra satisfacción interior como el factor principal a la hora de ejercer una profesión.