Lo laboral es todo aquello que refiere a la actividad del hombre con una finalidad económica. En este sentido, puede decirse que es una condición ineluctable de la especie humana. Implica un esfuerzo físico o mental con la finalidad de generar valor para sí mismo o para otros. El ámbito de lo laboral es concebido junto con el capital y la tierra como uno de los factores básicos de producción. Esta circunstancia da cuenta de que la productividad de lo laboral siempre estará ligada a otras condiciones como por ejemplo determinadas herramientas; en este sentido cabe destacar que el desarrollo tecnológico procede a aumentar la capacidad del trabajo del hombre.
En el pasado remoto, cuando hace su aparición la especie humana sobre la faz de la tierra, el uso de herramientas se hace patente inmediatamente; de hecho su uso es casi uno de los criterios que implica un paso hacia la humanidad. En ese momento predominaban las herramientas de piedra, pero pronto el hombre aprendió a desarrollar elementos de metal. Todas estas mejoras implicaban un aumento en la productividad de lo laboral. Con el desarrollo de la agricultura se genera otro gran cambio porque es posible a partir de ese momento que exista una mayor subdivisión en las tareas; en efecto, la agricultura permitió la generación de asentamientos, en particular de ciudades, en donde ahora solo una porción pequeña de individuos se dedicaba a generar alimentos. Así, comenzó a existir una incipiente subdivisión del trabajo, hecho que implicó un aumento de la productividad, porque cada individuo se dedicaba a trabajar en aquello que tenía mayores competencias.
A pesar de estos avances que se iban sucediendo, lo cierto es que lo laboral estuvo siempre sujeto a relaciones conflictivas. Por ejemplo, durante mucho tiempo en el pasado, el trabajo se realizaba en condiciones de esclavitud, esclavitud que surgía luego de conflictos armados entre distintos pueblos, siendo los perdedores reducidos a servir a los ganadores. Ya superadas estas etapas, el trabajo se estableció bajo un contexto de libertad, pero profundamente desigual; por ejemplo, durante el feudalismo, entre un vasallo o campesino libre y un señor feudal que era propietario de un territorio que se requería labrar.
Hoy en día el ámbito laboral está fuertemente segmentado, fuertemente subdividido, con cada individuo desarrollando actividades en un sector específico. En este sentido existe una clara evolución con el proceso iniciado en el Neolítico, luego del desarrollo de la agricultura. Esta circunstancia sin duda será cada vez más profunda.