La usura es el hecho de cobrar intereses excesivos por un préstamo. En general el término tiene una connotación peyorativa, circunstancia que se explica por el hecho que fue condenada por mucho tiempo por distintos pensadores y autoridades religiosas. La usura en el pasado aludía a cualquier cobro de interés, sin importar si fuese excesivo o limitado y era condenada en cualquier circunstancia. Este hecho fue revisado con el paso del tiempo, pero en muchas sociedades prevalece la idea del avaro prestamista que pretende generar dinero sin generar valor real. Las sociedades anglosajonas sin lugar a dudas han contribuido a que en la actualidad el cobro de intereses sea considerado natural.
Es importante saber que el dinero tiene un valor en el tiempo. Esto significa que una cifra determinada es muy distinta en el presente que en un momento del futuro. En efecto, se considera que el valor presente del dinero es inferior al valor futuro del mismo (incluso sin considerar fenómenos como la inflación); cualquiera prefiere contar con una suma determinada en el presente que contar con la misma cifra en el futuro. Por otro lado, siempre existe un riesgo de que el dinero no se pueda cobrar; el riesgo sería mayor si el prestatario tiene un mal historial o dificultades de pago. Todas estas circunstancias hacen que el cobro de un interés determinado sea razonable, hecho que fue poco comprendido en muchos momentos de la historia. En efecto, llevar a cabo tal práctica fue prohibida durante la Edad Media por considerarse impropia y una forma de aprovecharse del deudor.
Hoy en día, a diferencia de viejas etapas, la usura remite a la generación de condiciones indignas para el deudor. En efecto, la misma se lleva a cabo cuando existe un aprovechamiento de la necesidad ajena o cuando existe un engaño u ocultamiento de las condiciones reales del contrato. Por ejemplo, cuando se hace firmar unas determinadas condiciones que el deudor no termina de conocer por completo. Lamentablemente existen muchos ejemplos de este tipo de proceder en la actualidad por parte de instituciones que son consideradas prestigiosas. Para dirimir una situación de estas características, cada país tendrá un apartado legal que debiera dar respuestas y soluciones al respecto. No obstante, es importante señalar que cada legislación tiene sus vericuetos, pudiendo en algunos casos ser favorables al deudor y en otras al acreedor de antemano y previo a cualquier análisis que se genere.