Trotar es desplazarse a un ritmo superior a una caminata rápida e inferir a una carrera. Tiene grandes beneficios para la salud en la medida en que ejercita al corazón y numerosos músculos de un modo suave. El trote en este sentido se práctica en todo deporte como una forma de entrada en calor o de trabajo regenerativo, es decir, como una forma de recuperación activa del organismo luego de un esfuerzo extremo. No obstante, el trote puede ser negativo en el caso de una persona con un alto grado de obesidad, en la medida en que puede afectar sus articulaciones; en efecto, en el trote existe un impacto significativo en las extremidades inferiores, hecho que puede significar una alerta para personas con problemas de salud.
El hecho de trotar se ha puesto muy de moda en los últimos años como una manifestación de la búsqueda de controlar el peso y mantener la salud. Esta circunstancia está más que asegurada, siendo el trote regular una buena medida para mejorar la resistencia aeróbica. Este tipo de resistencia hace alusión a la capacidad de generar energía gracias al aire que se inspira, siendo en este caso suficiente; por el contrario, si existiese una falta de oxígeno para generar la energía requerida el organismo comenzaría a generarla por otros medios, en particular a partir de sistema anaeróbico.
Existe un fenómeno asociado al trote que hace que muchas personas se hagan adeptas de modo incondicional al mismo. Si bien existen controversias al respecto, lo cierto es que está documentado con suficiencia. Se trata de la sensación de bienestar que genera la liberación de endorfinas por el propio organismo, situación que se presenta cuando se ha hecho un trabajo aeróbico lo suficientemente extendido en el tiempo. Esta sensación hace que se busque la actividad física con más ahínco, sirviendo así de estímulo.
Como se ha sugerido, a pesar de los beneficios que trae aparejado trotar, como la mejora en el sistema cardiovascular o la mejora en el aspecto físico, lo cierto es que existen algunas complicaciones para personas con salud comprometida. Así, personas con un estado atlético muy comprometido pueden experimentar dolores en las articulaciones si trotan a menudo. En estos casos se recomienda una caminata rápida como sucedáneo. No obstante, si persiste la intención de practicar un trote habitual es recomendable hacerlo con buenas zapatillas que amortigüen los impactos o hacerlo en una cinta de correr como las que se encuentran en los gimnasios.